viernes, 31 de mayo de 2013

ACTO 19 (Vol. 1)



  Amanecía el segundo día de Carnaval en Middenheim, y aunque todavía quedaban días por delante, no había que dormirse en los laureles, que estaban allí por trabajo y no por vicio, aunque lo aparentaran muy mal. De modo que al canto del galloflauta, se pusieron al tajo en aquel bonito segundo día.

  23 de Sommerzeit

  El grupo comenzó la mañana como ya era habitual para ellos desde su llegada: pagando ar Chacho Migué, no fueran a ser objetivo de la justicia gitana por no cumplir con el trato que hicieron.

  Despues de ello y tras un buen desayuno, se dirigieron a la Plaza de los Marciales para que Magmar hiciera su particular desafío al Campeón, a ver si había suerte esta vez. Todos excepto Arty, cuyo organismo no parecía soportar bien el alcohol, y tras los excesos de universitario del día anterior, digamos que se encontraba indispuesto en la cama vaciando el contenido de su estómago en varias palanganas.

Representación gráfica del estado anímico del bueno de Arty en aquella bonita mañana.

  El paseo matutino no estuvo carente de percances, y fueron testigos de la picaresca del lugar en la forma de un chavalillo que le robaba mercado a Karin. Literálmente. El pilluelo apareció por las calles perseguido por un orondo halfling que pedía auxilio para atrapar al ladrón que acababa de afanarle un pastel de su comercio, y que esquivaba transeúntes en la huida llendo derecho a nuestro grupo, que ni corto ni perezoso se ofreció a ayudar, interponiéndose en la huida del chiquillo, y descubriendo para su sorpresa, que era el mismo que les vendió en la entrada de Middenheim los programas de fiesta, que mas tarde resultaron ser gratuitos y de acceso a todo el pueblo en las oficinas públicas pertinentes.

  Sin embargo, ante la llegada del dueño del pastel y reconociendo a sus captores, el pícaro rufián, no hizo otra cosa que pegarle un mordisco al suculento dulce, y endilgarle su pago a nuestros protagonistas con una ancha sonrisa, y diciendo que “sus amigos lo pagarían”. Con la gentileza y caballerosidad que caracteriza a nuestro grupo, estos respondieron a ello que “tu tía lo vá a pagar”, y ya la tuvimos liada cuando el halfling llamando a la guardia agarró de la oreja al chaval que comenzó a gritar, arremolinando a la gente alrededor a causa de  la escandalera, en un momento de caos general que el pilluelo aprovechó para zafarse con un sonoro pisotón al descalzo halfling, y salir corriendo por una callejuela, terminando así con el encuentro cuando el halfling también desapareció saltando a la pata coja en pos del pastelero rufián. Tras el suceso, el grupo continuo con el paseo no sin percatarse que desde calles aledañas, un nutrido grupo de chavales de la misma edad y pintas de zarrapastroso que el protagonista del encontronazo, los miraba de muy malas maneras antes de desaparecer de la vista entre el gentío.

¡eSOOs MoReNikhoS dEl BaRriO SaAN KedADo con VuesTRAS Karas!
  Finálmente llegaron a la Plaza de los Marciales, para encontrarse con la misma expectación que el día anterior. Allí se les unieron los mismos fans de Magmar que tan convencidos parecían estar de que el manco enano sería el siguiente Campeón del Graf, y entre vítores y aplausos, todos los presentes al evento, esperaron impacientes al resultado del sorteo para saber quienes serían los candidatos, y comenzar con las apuestas. Durante el proceso, el grupo pudo echar un vistazo a los asistentes, quedando claro que había algo menos de gente que el día anterior, seguramente por la coincidencia en horario con otros eventos del carnaval. También observaron la asistencia entre los VIP-s de un individuo al que no habían fichado, y preguntando supieron que se trataba del tercero de los mariscales: Maximilian Von Genscher, un intimidante hombre gigantesco de unos 2 metros de altura y portentosa musculatura, que destacaba más aún que el pomposo Caballero Eterno, que palidecía a su lado.

  Para alegría y sorpresa de todos, en esta segunda ocasión Magmar salió afortunado en el sorteo (aunque mas tarde su magullado cuerpo no opinaría lo mismo), junto a otro musculado tipo de nombre Konrado. Siendo el enano el primero en combatir contra Dieter, se procedió a iniciar el duelo tras armar a ambos contendientes según las reglas del torneo, y así comenzó el combate.

  El duelo no estuvo carente de tensión ante la brutal profesionalidad guerrera de ambos contendientes, pero Dieter dio muestra del mismo síntoma del día anterior: apatía en el combate. Una apatía cuyo motivo pronto quedó claro comentando el enfrentamiento con dos viejales que opinaban sobre las “jugadas” del evento, y que mencionaron que se sabía de las intenciones de Dieter de casarse con Kristen, una de las Damas de la Corte, y formar familia y una nueva vida lejos del palacio con el dinero ganado en todos sus años al servicio del Graf. Visto así, el grupo podía pensar que Dieter no se esforzaría mucho por mantenerse en el puesto, pero el hombre, que profesional era un rato largo, dio buena cuenta de nuestro amigo Magmar a pesar de hacerlo sin ganas. El enano se las vió y deseo ante la evidente superioridad marcial de Dieter, quien le arreó unos paellazos y sartenazos que le dolieron hasta a sus ancestros. El enano vió su armadura destrozada, su arma rota, y sus dientes marchándose de viaje a Kislev, y aguantó el tipo como pudo, pero llegado el momento prefirió una honrosa retirada, que una convalecencia en la UCI Shallyana mas cercana, de modo que tirando la toalla, por su parte dio por zanjado el combate dejando paso al siguiente candidato, que no le llegaba la camisa al cuello tras lo visto.

El último argumento esgrimido por Dieter en aquel intercambio de pareceres,
dejó las cosas claras a nuestro enano sobre quien tenía que quedarse con el puesto de campeón.

  La gente aplaudió efusivamente por el honor guerrero demostrado en el combate por ambos, ante cosas como la humildad del enano por saber reconocer a un claro superior, o la caballerosidad de Dieter al dejarlo cambiar de arma cuando esta se le quebró a Magmar, y la alegría fue general entre los fans del enano, que debían de ser seguidores del blog e imaginarse cómo acabaría todo, por que ante la sorpresa del grupo, los muy pillos habían apostado en su contra tras convencer a todos de que ganaría, y se habían forrado. Ni que decir tiene que ahora el resto de apostantes tenían unas ganas terribles de hacer cobrar a Magmar en especias de mano abierta, lo que ellos no habían cobrado en monedas, y se precisaba de una retirada a tiempo del lugar, por lo que el grupo se llevo a un maltrecho Magmar de allí, rumbo al Gran Parque, para hacer la comida del mediodía, repasar los planes del resto del día y reencontrarse con el resacoso Arty.

1 comentario:

  1. La representación gráfica de la ENORME RESACA de Arty es demasiado... gráfica >_<

    Lo de los chavalitos ladrones que van en grupitos ya lo hemos visto en varias ocasiones en esta ciudad y empiezo a pensar que hay alguien manejando el cotarro por detrás de ellos. Creo que investigaré al respecto. De alguna manera tengo que subir peldaños en mi profesión, además de robando a la gente despistada :P

    El pobre Magmar se llevó unos buenos mamporros y yo unos cuantos disgustos de tanto verle sufrir, pero no hay mal que por bien no venga: gracias a ese combate y su buen hacer tenemos aún más cerca el plan de hacernos amigos de gente de las altas esferas.

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