lunes, 4 de junio de 2018

Roleando a la cámara


  Aunque es algo que ya lleva tiempo bien instaurado, no he podido quitarme la espinita de probar el juego por videoconferencia hasta hace bien poco, y tengo que reconocer que me ha molado un puñote.

  La cosa empezó en las últimas jornadas Bilbao Rock & Rol, donde colaboro desde hace un par de años. Allí tuve la oportunidad de jugar por fin a Clásicos del Mazmorreo, un juegazo al que le tenía ganas y que mucho me temía acabaría teniendo que dirigir para poder saborearlo, y es que padezco el mal del director sin directores, ese en el que uno termina dirigiendo aquello que le gustaría jugar por no tener a nadie que lo haga.

  Así pues, durante la mañana del último día de jornadas varios intrépidos aventureros nos pusimos bajo la batuta del ínclito Josemasaga del blog Siempre ha habido clases para disfrutar del juego. Y fue todo un honor y un privilegio poder catarlo por primera vez llevados por la mano de uno de los responsables de haberlo traído a nuestro idioma. La cosa salió redonda, echamos unas buenas risotadas y todos terminamos con un buen sabor de boca a pesar de que la aventura no fuera uno de los  famosos “embudos” del juego, algo a lo que todos los jugadores le teníamos ganas.

  No me voy a liar comentando el juego. Hace tiempo que salió tras un exitoso crowdfunding y ya se ha hablado largo y tendido por las redes del mismo. En lugar de eso y si no sabeis de qué va, os emplazo a las entradas que le dedicó en su día otro gran apasionado de los clásicos y compañero de fatigas de Josemasaga: el señor Velasco. Podreis encontrar sus reseñas en este ¡ENLACE!, y en este otro ¡ENLACE!.

  El asunto es que tras aquella partida y con las ganas de jugar el dichoso embudo, otro compañero de aquella sesión, el insigne Felipe Pérez del blog Leyendas de Tertia, tras entrevistarlo le propuso a Josemasaga satisfacer las demandas del pueblo mediante una partida por videoconferencia, algo a lo que el gerifalte mazmorrero aceptó con gran entusiasmo. Y henos aquí tiempo después jugando sin parar siempre que los horarios laborales lo permiten, con los aventureros que sobrevivieron al embudo que por fin jugamos.

Pruebas de cámara.
Todo un ejemplo de saber estar y buena presencia.
  Tengo que decir que estoy disfrutando de las partidas como un gorrino en una charca. Aparte del hecho de poder dedicarme solo a mi PJ y jugar por fin sin tener que estar tras las pantallas, y de que el juego me está gustando más que una devolución de Hacienda, jugar por videoconferencia está siendo toda una experiencia rolera. Ya había jugado mucho por internet antes de esto, pero está claro que es lo que más se le aproxima a estar tirando dados en la mesa y sin embargo no deja de tener sus diferencias, lo que me ha llevado a sacar unas pocas conclusiones sobre esta forma de jugar en estas primeras tomas de contacto.

-La gente está más centrada en la partida. No sé si porque todavía no nos conocemos lo suficiente y no hay tanta confianza como con los amigos de toda la vida, o porque el medio en sí lo incentiva de alguna manera, pero está claro que la partida no se va por los cerros de Úbeda con comentarios y chistes fuera de lugar tanto como lo haría en una mesa. Los hay, claro, pero son cosas muy puntuales que se dicen, se ríen y luego se continúa sin alargar el chiste encadenando frases jocosas durante media hora.

-Se respetan mucho los turnos. He visto que durante las partidas que hemos jugado no se generan los alborotos habituales que hay en una mesa. También es cierto que no somos muchos jugando, pero me he fijado que hay mucho respeto en no cortar al que habla y esperar tu turno como en la cola de la charcutería.

-La partida es breve pero intensa. Como un crítico por aplastamiento. Me da la impresión en mi corta experiencia que abusar de las horas de juego en este formato es contraproducente para el disfrute de la sesión, y que con unas pocas horas basta para salir bien satisfecho. Y es que unidos los anteriores dos puntos, la partida se desarrolla de manera fluida, intensa y muy buena, y me ha quedado claro que en muy poco tiempo hemos llegado a jugar cosas que en la mesa nos llevaría el doble de horas.

La partipipol al completo: comandados por Josemasaga arriba a la izquierda,
el menda lerenda a su lado, y Felipe y Letitxo abajo.
  Y hasta aquí llegan mis primeras conclusiones de novato en estas lides, que seguramente a muchos no le sonarán nuevas, pero yo acabo de salir del pueblo como quien dice y con esto se me ha quedado la misma cara que a Paco Martínez Soria. La intención es continuar con las partidas, asi que cualquiera que lea esto está invitado seguir nuestras peripecias por el canal de youtube de Leyendas de Tertia y ver el buen hacer de Josemasaga con los Clásicos del Mazmorreo, que es lo que le da calidad.