miércoles, 20 de julio de 2011

ACTO 5 (Vol.3)

Leti recupera el testigo, y continua con las crónicas de la campaña en este tercer volumen del quinto acto, en donde tras más de un mes desde la última partida la primera misión fue, al más puro estilo Sherlock Holmes, hacer memoria y enumerar qué pistas tenían para dar con el paradero de la secuestrada Elvira: un granero rojo (o de tejado rojo) y una nota encontrada en la habitación de la misma con un símbolo muuu chungo. (Gracias a Silvia y su buena memoria).
“Mi PJ es iluminado por Sigmar y ahora tiene wifi y bluetooth” (Dani-rolero-digital)

Noche del 18 de Pflugzeit: 

Nos dedicamos a intentar averiguar algo sobre graneros rojos en la Posada del Oro Negro pero finalmente nos fuimos a dormir igual que estábamos.

19 de Pflugzeit:
 
Ambos enanos y Karin dedicaron media mañana a dar un paseo por las afueras de Weissbruck en busca del dichoso granero, mientras tanto Arty y Viktor, simulando ser importantes comerciantes interesados en comprar terrenos y comerciar en el pueblo, fueron al ayuntamiento y consiguieron hacerse con una copia de dueños de graneros pertenecientes a los límites del pueblo.

Como seguiamos sin saber leer ninguno acudimos a las shallyanas que eran las únicas que sabían que Elvira había sido secuestrada. La Madre Superiora nos indicó que había algo sospechoso entre los dueños: un tal Alberich Hölfauber de Altdorf había comprado un granero hacía muy poco, lo cual nos hizo sospechar a todos.

Tras la comida de rigor, que sino los halflings no son personas, otro paseo bien largo en busca del lugar en cuestión, y vimos a lo lejos un aislado granero sin nada alrededor… y comenzó a llover copiosamente, con ganas, y no paró en lo que restaba de día. Cuando estábamos a punto de adentrarnos en un bosque cercano para no ser vistos, Viktor percibió que dos hombres nos estaban siguiendo, así que hicimos un poco el paripé de modo que, al final, conseguimos hacerles un sándwich con intención de interrogarles… Tras varios golpes ambos quedaron indefensos, Arty aprovechó para inmovilizar a uno de ellos que, para sorpresa de todos, le gritó “traidor” a nuestro compañero y después tomó su espada y se la clavó en la yugular suicidándose. El otro hombre no tardó en hacerle compañía en el más allá, pero como suele ocurrirnos siempre en estos casos, lo de interrogar a los muertos todavía no sabemos hacerlo. Una pena, nos vendría muy bien.
Algún día aprenderán que los interrogatorios se hacen,
ANTES de dejar en este estado al interrogado.

Registrando sus cadáveres encontramos una nota y un pañuelo de color púrpura (el mismo color de las túnicas que encontramos en la casa ruinosa de Altdorf y el que usaban en Bögenhafen para intentar llevar a cabo aquel maldito ritual).

Después llegamos al granero y nos acercamos a la puerta delantera pues no había otro modo posible de entrar y Arty se quedó de frente mientras el resto nos escondíamos preparados para colarnos en el interior.

Abrió la puerta un hombre con muy malas pintas e inmediatamente Arty aprovechó la sorpresa inicial para empujarlo dentro permitiendo al resto del grupo entrar tras ellos. De un par de golpes (tras una pedrada de Viktor, Ragnar se ensañó aplastándolo con su martillo como si fuese una cucaracha), el hombre cayó muerto con la cabeza separada del cuerpo, y la columna vertebral y vísceras decorando el suelo del lugar como si fuese un Picasso.
No podía quedarme sin retratar algo tan hermoso.

De modo que tras muchos intentos por matar "algo", Ragnar por fín se quedó "a-Gustav” XD

En la parte de arriba se oía jaleo de parte de 2 hombres que, al asomarse y ver cómo había quedado su compañero (Gustav) se acojonaron. Pero de no ser por unas frases intimidatorias por parte de Ragnar que acompañaron a tan bonita estampa, no hubieran decidido escaparse por la parte de atrás huyendo hacia el bosque.
Mientras algunos iban tras esos dos mangarranes otros subieron a la 2ª planta, encontrándose allí con una mujer amordazada que, por suerte, resultó ser Elvira. Ella nos recordaba de la feria de Bögenhafen donde nos vendió unas pociones curativas.

Ambos halflings mientras tanto seguían a la carrera tras los dos hombres con tan mala suerte que Viktor cayó por un terraplén lleno de zarzas, ortigas y comodidades similares, quedando hecho unos zorros.

Volvimos al pueblo junto a Elvira, sana y salva aunque por poco, hacia el atardecer. En el templo de Shallya fuimos cómplices del feliz reencuentro de la mujer y Liza, su sobrina. Gracias a la ayuda prestada, las monjas de la diosa de la curación, la misericordia y el parto, nos acomodaron para pasar la noche y nos dieron unas cura-sana que sirvieron a todos menos a Magmar que se agarró un buen constipado después de habernos calado hasta los calzoncillos/bragas (o lo que se usase en el Viejo Mundo).

20 de Pflugzeit:
 
Tras madrugar mucho (lo cual no nos hizo gracia a casi ninguno) desayunamos en el templo y Liza le entregó un bonito dibujo a Karin en el que aparecían ella y todos sus compañeros de aventuras. Un bonito recuerdo que colgar en la pared si salimos vivos de todo este jaleo.

Tras unas merecidas compritas y esperar que Elvira y Liza hicieran las maletas, tomamos un barco para viajar hacia Delberz de nuevo. Durante el viaje intentamos sonsacarle información a Elvira sobre lo sucedido sin mucho (o ninguno) resultado.

- La nota que encontramos en su habitación era dándole un último aviso. Algo sobre un dinero que debía y la razón de su secuestro.

- La otra nota, encontrada en uno de los dos hombres que nos andaban siguiendo, era de “La mano púrpura” y estaba firmada por “El Archi-Lumen”; en ella se hablaba de que nos tenían vigilados y que algo muy chungo se estaba preparando.

Con tantas pistas y notas en Warhammer, el Cluedo se nos va a quedar en nada.


24 de Pflugzeit:

Tras varios días de viaje en barco llegamos a Delberz y acudimos a casa de Hyeronimous que rápidamente nos instala a todos en su enorme mansión (incluidas Elvira y su sobrina).

Como agradecimiento por salvar la vida de la mujer y cumpliendo su palabra hizo entrega del anillo enano a Ragnar, pero no era un anillo cualquiera: era una gran ayuda en la lucha contra los muertos vivientes.

Hyeronimous nos comentó que no sabía mucho sobre “La mano púrpura” salvo que es una secta relacionada con Tzeentch y que puede ser parte de varias organizaciones.
Aquella tal Ethelka que firmaba una de las notas que tenemos en nuestro poder parece estar metida en el lío y nuestro amigo nos comenta que, por desgracia, se ve que una o varias sectas tienen sus ojos puestos sobre nosotros.

La única dirección que tenemos como siguiente pista a seguir es de la carta firmada por esa Ethelka, una mujer muy peligrosa según palabras del mago, que fue escrita desde Grissenwald (Nuln). ¿Qué nos deparará este nuevo camino a seguir? Miedo me da…

PIFIAS DEL DÍA:
2 (DJ Akrabu)
2 (Dani-Viktor)
1 (Igor-Ragnar)

miércoles, 13 de julio de 2011

ACTO 5 (Vol. 2)


Volvemos a la carga con el segundo volumen de la última partida, a pelo y a lo bruto, sin calmantes ni nada, por que somos así de machos.

13 de Pflugzeit

  Tras el emocionante periplo por el río, el grupo arribó en Delberz al día siguiente, un lugar la mar de majo, grande y dependiente del comercio fluvial en donde les recompesaron con 400 coronas de oro por devolver el barco, su carga y los cuerpos de su difunta tripulación.
 
  Renata se despidió de ellos, por que bien sabía a qué se atenía quedándose cerca de esta panda, y sin perder más tiempo del necesario, se dirigieron a la casa del hombre al que querían ver, guiados por Arty, y que vivía en una enorme casona en las afueras de Delberz, que ríete de la mansión de la familia Adams.

  El sitio ya daba espanto solo de mirarlo desde el jardín, y el grupo entro siendo recibidos por el alumno del hechicero. Ambos sabían que llegarían puesto que “los muertos” se lo habían dicho, y esto bastó para poner los pelos de punta a todo el mundo, sobre todo a  Ragnar, quien ya tenía una mano en el martillo de combate antes de que se abriera la puerta siquiera. Aunque a la pequeña Karin no le pareció importarle en exceso, y los anfitriones le cayeron especialmente bien. ¿Será una Goth-halfling? A, y Arty tampoco estaba muy fuera de lugar, en todo caso parecía estar en su salsa entre tanto animal disecado, calaveras candelabros y cosas raras en frascos, tales como fetos en salmuera, y licor de lagarto.

En esa casa nunca habrá problemas de espacio para jugar al Arkham Horror.
Ni de ambientación tampoco.

  La conversación con Hyeronimous, pues así se llamaba el hechicero amatista amigo de Arty, fue breve pero intensa. El hombre, un cincuentón de nariz aguileña, barbilla prominente y completamente afeitado de pies a cabeza, vestido de negro y morado, les comentó que llevaba esperando ese encuentro y que gustósamente les ayudaría, si ellos también lo ayudaban a él, puesto que el destino los había unido.

  Necesitaba urgéntemente que fueran a buscar a una amiga que le proveía de los ingredientes para sus tétricos tejemanejes (las hierbas y tal. Los “otros” ingredientes” se los proveían personas indecentes como Arty). Según sus palabras, una sombra se había cernido sobre Elvira, la mujer sobre la que hacía mucho que no sabía nada, y quería que fueran a buscarla, y le informaran sobre qué había sido de ella, y en caso necesario, ayudarla a enfrentar la sombra que oscurecía su sino. A cambio, Hyeronimous educaría a Arty en las artes Amatistas, y entregaría a Ragnar y Magmar un anillo enano que le fue entregado para su custodia, y que devolvería a su raza como gesto de buena fe. Conocía el nombre de la mujer que había escrito las cartas a Johannes, una mujer que respondía al nombre de Ethelka, peligrosa y seguidora de los poderes ruinosos. El ojo del caos estaba puesto sobre el grupo tras la intromisión que hicieron en sus planes en Bogenhaffen, y les preguntó si su decisión sería la de quedarse esperando a que fueran a por ellos, o por el contrario, tomar las riendas de su destino y enfrentarlos cuando menos se lo esperasen. Él los ayudaría, pero a cambio, quería que lo ayudaran a él.

  Dicho y hecho. Con las ganas que tenían de salir de allí, nuestros amigos, se largaron con viento fresco del lugar, rumbo a Weissbruck, hogar de aquella tal Elvira, a descubrir qué había sido de ella

Y menos mal que se largaron antes de ver lo que Hyeronimous, guardaba en el sótano...

  Como el itinerario de Joseph continuaba hacia adelante por el río, y no volvería a Weissbruck, en donde anteriormente ya habían estado, había llegado la hora de las despedidas. Y como venía siendo habitual en Joseph, lo hicieron al calor de unas cuantas botellas de buen vino.

  Así las cosas, al día siguiente partieron por tierra hacia Weissbruck, en busca de aquella tal Elvira, mientras que Joseph continuó su propio camino a través del río y en dirección opuesta.

18 de Pflugzeit

  Y por fín llegaron a Weissbruck. Lugar en el que acabaron con la vida de Adolphus Kuftsos y en donde todos los seguidores de este blog aprendisteis a temer a los halflings. Especiálmente a los halflings armados con una honda.

  Una vez en el pueblo, ya anocheciendo encontraron la casa de Elvira. Desde el huerto del que disponía la pequeña casita vieron que una de las ventanas del piso superior había sido rota desde fuera, y el hogar presentaba aspecto de abandono. Entraron al mismo sin esfuerzo, ya que la puerta se encontraba abierta, y una rápida inspección les rebeló que la casa, había sido asaltada, y puesta patas arriba.

  Ya en la cocina, Magmar descubrió una entrada secreta al sótano, moviendo un armario, algo de lo que se percató al oir un ruido procedente del mueble, y al echar un vistazo abajo, vieron que algo se movió. Puestos en alerta (una vez más), bajaron a investigar encontrándose con un a niña de diez años que asustada, se presentó como Liza, sobrina de Elvira, una vez que Karin, logró calmarla, puesto que la dulce cara amistosa de una halfling es mucho más tranquilizadora, que la de dos enanos barbudos que enarbolan armas capaz de tumbar a un caballo de un solo mamporro.
Pese al aspecto, en el fondo son unas bellísimas personas de gran sensibilidad artística.

  Por lo que dijo Liza, unos “hombres malos”, entraron en la casa por la fuerza y se llevaron a Elvira en contra de su voluntad. A ella no, por que en ese momento se encontraba castigada en el sótano que hacía de despensa por jugar con las cosas de su tía (y no me refiero a los vibradores que esconde cualquier solterona en el fondo del armario), y desde hacia dos días vivía acojonada allí, reuniendo el valor para salir fuera, no fuera que los “hombres malos” siguieran por la casa.

  Tranquilizada la niña, el grupo terminó de investigar la casa, encontrando un pedazo de tela rasgada en lo que quedaba del cristal de la ventana rota, y un papelajo, que fueron incapaces de leer, ya que por una vez, Joseph no se encontraba con ellos para tan ardua tarea, y ellos todavía van por el fascículo 3 de Barrio Sésamo, por lo que tocaba buscar a alguien que se lo leyera.

  Dejaron a la niña al cargo de las Shallyanas del lugar, descubriendo que Elvira es muy conocida y querida en la localidad al hablar con ellas, y se marcharon a buscar alojamiento a alguna posada, prometiendo que la encontrarían y con la única pista del papelajo que habían encontrado.

miércoles, 6 de julio de 2011

ACTO 5 (Vol. 1)

  Lo se, se ha hecho esperar, se ha hecho de rogar. Pero aquí está por fín, el siguiente acto de nuestra épicochorra campaña.
 
  Algunos decían que no podríamos seguir con ello. Otros, decían que no DEBIAMOS seguir con ello, pero nuevamente, aquí estamos dando por saco, pese a que el mundo real, ese en el que te miran raro por querer arreglar los problemas con compañeros del curro con una tirada de Carisma, nos haya tenido completamente absorbidos en este tiempo. Aunque bien mirado, algo de razón tienen al mirar raro, lo mejor para arreglar esas cosas, es una tirada de Habilidad de Armas.

  Pese a lo ya dicho, lo acontecido en este resumen ocurrió hace ya bastantes semanas, y de momento la campaña está más parada que la rana Gustavo en una cama de velcro. Es una putada, pero la vida es así de cabrona. Y lo seguirá siendo hasta que no saque una buena Furia de Ulric con alguno del trabajo, seguido de un crítico de valor diez en la tabla de los paellazos.

  Así pues, vamos al meollo, que si no lo muevo yo, Gustavo no se mueve ni acostando al lado un caimán.

Nuevamente, os meto el resumen en dos partes, para que lo podáis digerir mejor, que esto va camino de superar Guerra y Paz. En extensión, claro, no en aportación cultural.

9 de Pflugzeit

  Nuestros héroes (por llamarlos de alguna forma), se tomaron un merecido descanso en Bögenhafen tras los desastrosos sucesos que acaecieron en las anteriores aventuras. No es para menos, por cuanto que el estado de algunos era menos saludable que el que presentan los ejemplares del escaparate de las pescaderías, y como mínimo, necesitarían de unas semanas en Marina d´Or (ciudad de vacaciones), para recuperar la salud física. La mental no, esa ya es irrecuperable.

  Pero como aún faltan siglos para que en el Viejo Mundo aparezca alguien parecido a Ane Igartiburu para invitar a la gente al solaz y el placer que supone estar tirado en la playa panza arriba, los protagonistas de este drama sin precedentes, tuvieron que conformarse con unas visitas a las Shallyanas, (nada fructíferas, por cierto, se ve que Shallya se ha hartado de que solo se acuerden de ella para que les ponga tiritas ) y cuatro paseos por la ciudad para calmar los nervios entre tapitas de mejillones y cañas en lo que quedaba de fiesta en el lugar. En el proceso aprovecharon para hacer alguna compritas, en el caso de Karin para ejercer un poco su oficio como ladrona y sacarse unos cuartos, y  en general, enterarse de cómo andan las cosas por el Imperio, descubriendo que la gente es tan chanchullera como en cualquier lado (los comerciantes andaban etiquetando vino de importación, como regional para saltarse los aranceles portuarios. Ríete de Mario Conde). E incluso a Arty le dio tiempo de volver a tener un encuentro con sus amigos los mimos. Sí, los mismos que a la llegada de Altdorf le hicieron extraños gestos, volvieron a cruzarse con él para lo mismo, haciendo que la mosca no deje de rondarle al pobre ladrón de tumbas con el asunto.

  Pero en algún momento tenían que decidir qué hacer, más que nada por que Joseph se las piraba, y llegaba la hora de emanciparse, o seguir chupando del bote (en este caso, llamado Berebeli). Fue entonces cuando las intrigas volvieron a aparecer en la vida del grupo, al revisar las cartas robadas a la Ordo Septenarius en el almacén 13. A Arty le sonaba mucho el nombre de una carta enviada por alguien llamada Edelka, o Ezelka, o algo así, y por el contenido del mensaje enviado a Johannes Teugen, algo les decía que la amenaza del Caos no había terminado con el incendio en el muelle.

Si, si... mucho echarle la culpa al Caos,
pero todos sabemos quienes empezaron el incendio que todavía están apagando.

  Sin nada más que hacer, y dada la intención de Arty por cambiar de profesión y dedicarse a algo más salubre que transportar cadáveres, todos decidieron continuar con Joseph ya que su siguiente parada era en Delberz, a donde Arty quería dirigirse, y en donde encontrarían más información de la persona que envió las cartas chungas a Teugen, puesto que según Arty, allí encontrarían a un magister amatista (los que tratan con los muertos) para quien Arty había trabajado, que entendía bastante de estas cosas, y que ¡Oh! ¡Sorpresa! Era la misma persona a quien Arty quería ir a ver para dejar su profesión y dedicarse a ganarse la vida de otra forma. En otras palabras, el chico va a dejar de robar muertos, para dedicarse a hablar con ellos. Como decía antes, la salud mental de esta gente ya es irrecuperable.

12 de Pflugzeit

  Tras un par de días en Bögenhafen, el grupo zarpó del puerto para retomar su viaje por el río, hacia Delberz. Viaje que como supondréis no estuvo carente de emociones sin par, que dejan el Dragón Khan a la altura del betún.

  Ya ha medio viaje a Delberz, se encontraron con un cadáver  atravesado por flechas flotando en el río, y más adelante, una barcaza varada en la orilla con signos de batalla. Como las leyes del río, obligan a ayudar a los que viajan por el mismo, decidieron pararse a ver qué se cocía allí. El hecho de que tuvieran la oportunidad de saquear a gusto una barcaza de comercio, no influyo para nada en la decisión de abordarla para prestar la ayuda exigida por ley.

  Todos extremaron precauciones ante lo que iban a hacer, y Joseph extendió la pasarela hasta la otra barcaza, pasando a la misma Joseph, Ragnar y Arty, por ese órden, y quedándose en el Berebeli los demás junto a Wolmar y Gilda, por si algo se torcía para prestar ayuda.
Representación gráfica de "Todos extremaron precauciones".

  Y efectivamente, algo se torció. O mejor dicho, todo se torció, por que en cuanto estaban a media pasarela, una mutante alada los atacó lanzándose en picado desde el aire tras elevarse desde el bosque de la orilla. Lanza en mano, la mujer alada se dirigió en ruta de colisión directa, hacia los tres aguerridos aventureros mientras chillaba gritos de alarma.
 
  Ragnar fue el primero en reaccionar, empujando a Arty hacia el Berebeli, y a Joseph hacia el barco que abordaban, sacándolos de la pasarela y afianzándose en la misma para enfrentar el choque contra la criatura mutante, quien no ensartó al enano, y ambos sufrieron una brutal colisión. Ragnar se mantuvo firme en la pasarela sin caer al agua, y la mutante continuó su trayectoria, perdida la estabilidad, y haciendo molinillos en el aire, se fue a estrellar entre los árboles de la otra orilla.

  Y mientras tanto, en la otra barcaza, varios mutantes aparecían desde la bodega para sorpresa de Joseph, quien también pudo ver cadáveres tirados por la cubierta. Los nuevos invitados de la función eran un tipo que debía ser mínimo, de la familia de Chewbacca dada la moqueta de pelo que invadía su cuerpo, y otro con un pico de ave rapaz por boca.

  Y ya la tuvieron liada. En la cubierta del barco comenzó una bronca mientras que desde el Berebeli, los halflings, y Magmar ayudaban a Joseph y a Ragnar a base de pedradas y saetazos de ballesta. Pero el protagonismo de la pelea pasó al Berebeli, cuando un cuarto mutante hizo acto de presencia desde el agua. Y es que otro ser, esta vez tentáculado, apresó a Victor atrayéndolo hacia las húmedas profundidades del río. El halfling logró afianzarse a la barandilla del Berebeli a tiempo, y Magmar, Karin y Arty, quien se encontraba a media pasarela a punto de abordar el otro barco, corrieron en su ayuda. Ayuda que no llegó a tiempo, puesto que el mutante logró arrancar a Victor de la seguridad del Berebeli y zambullirlo en el agua, de donde era imposible de sacar, pese a que Arty realizara una heroica zambullida en la misma para hacerlo emerger.

  La batalla mejoró para los que se encontraban en los barcos, con gran derroche de efectos de casquería a cargo del director de juego, pero no para Victor, a quien le faltaba aire en el cuerpo. Todos sus compañeros corrieron a ayudarle en cuanto acabaron con los mutantes de arriba, pero nadie era capaz de atinar a darle al de los tentáculos, protegido como estaba gracias a la poca visibilidad que ofrecían las turbias aguas del río. Finálmente, y gracias a una señora Pifia, el mutante aflojó la presa cuando Viktor ya sentía que se le iba la vida (o una de ellas, estos halflings tienen muchos Puntos de Destino), y ayudado por Arty, logró recuperar el aliento sacando la cabeza del agua.

La señora de la limpieza se va a poner hecha una furia
si seguimos con este nivel de carnicería.


  Viendo que allí poco más podía hacer, el chipirón del caos huyó del lugar, y Arty y Victor volvieron al Berebeli ayudados por una cuerda que previamente sus compañeros habían atado al mástil del mismo.


  Pasado el susto, y descubierto el motivo por el que habían encontrado el barco varado, el grupo lo investigó, encontrando los cadáveres de la tripulación, además de unos pocos más mutantes, y a una mujer con aspecto de gitana llamada Renata, escondida en la bodega del mismo, que poco pudo hacer por aclararles lo ocurrido. Al parecer, el jaleo comenzó cuando ella se encontraba en la bodega, y temiendo por su vida, se escondió en uno de los barriles más grandes, rezando por que pasara el peligro, hasta que aparecieron los aventureros. Además, pudieron saber que el barco cargaba una abundante provisión de lana, de la que podían sacar tajada.

  Tras debatirlo, decidieron que lo suyo no era el comercio, sino el bebercio, y tampoco había presente nadie que hubiera pensado al hacerse la hoja del PJ, que la habilidad de hacer calceta pudiera ser útil, así que decidieron dejar las cosas como estaban, aceptar la recompensa que la casa comerciante propietaria de la barcaza les pudiera dar, y dejarse de tonterías con la lana.

Trataré de conseguir este suplemento de información vital para la siguiente ocasión.
  Todos se distribuyeron entre las dos barcazas, y contra todo pronóstico y gracias a la ayuda de Wolmar lograron llevar la recién encontrada a buen puerto, concretamente, al de Delberz.