Tras el fiestorro
Erasmus del día anterior y con mas ojeras que orejas, nuestros decadentes
héroes despertaron un bonito día de Sommerzeit en la ya carnavalera ciudad de
Middenheim.
Había llegado la tan
esperada fiesta y daba comienzo en aquel primer día, por lo que no había que
remolonear y tocaba ponerse a la tarea cuanto antes. Cuantas más horas
estuvieran despiertos, de mas horas de cogorza y desenfreno podrían disfrutar,
y de paso, pues igual lograban hacer algo para evitar el fín del mundo, o
aprobar los exámenes de pura chorra. Esta juventud, que vá tó loca.
22 de Sommerzeit
Con un buen madrugón
y todo el día por delante, lo mejor era comer en condiciones que ya tocaba pasar
de los frutos secos y tirar de lujo ahora que empezaba el carnaval, y ya no
había ayuno de por medio. Así que después de ponerse hasta las trancas y comer
como si no hubiera mañana, cosa muy posible dada la vida de temerarios que
llevaban, el grupo se puso en marcha. Primero haciendo la correspondiente
visita a los papones del clan gitano para pagar lo que tocaba del día, y marchando después al mercado principal de la
ciudad para hacerse con el mejor género de cara a pasar la semana.
A primera
hora en el mercado uno solo se puede encontrar una cosa: señoras. Señoras
madrugadoras que harían temblar a un paladín de Khorne por ese cordero de
primera que solo se lo arrebatarían de sus frías manos muertas. Un problema
para el grupo si querían llevarse el mejor género del día, pero una suculenta
fuente de información si añadimos a los comerciantes al caldo de cotilleos que
supone un ejército de señoras desatadas en el mercado.
En estas situaciones, a ver quién es el guapo que intenta colarse el turno para llevarse el mejor cordero. |
Así es como se
enteraron de que si querían trabajo, era mejor no intentarlo en la milica, ya
que Schutzmann, uno de los 3 Mariscales de la ciudad, ya había surtido con unos
400 hombres del ejército a la guardia de la ciudad para reforzar la seguridad durante el carnaval, e iban
bastante sobrados de efectivos para mantener la seguridad en las calles. Algo muy a tener en cuenta por las manos amigas
de lo ajeno de Karin.
Echas las compritas,
tocó vuelta al carromato, organización de la nevera, y ponerse al lío de
verdad.
Arty y Viktor se
acercaron al gremio de letrados a investigar. Tras una soporífera espera en la
que dos funcionarios mostraron estar tremendamente atareados con su estresante
labor de leer el diario local (la imprenta, ese gran invento, estaba
revolucionando las calles y causando muchos altercados a causa de huelgas de
escribas), humano y halfling fueron atendidos, no sin antes echarle un ojo a la
estresante lectura de quienes los habían recibido, pudiendo leer varias
noticias de interés:
-El Maestro de la Caza del Graf se jactaba de ir a ganar
otro año mas el premio de la competición de Tiro con Arco, aunque mencionaba
que compartiría el premio gustosamente con quien quedara segundo.
-El Graf Boris había despedido a su cartógrafo jefe por
borrar un pueblo de los mapas oficiales y sustituirlo por unas colinas.
Y la más gorda que dejo a los dos compañeros de peripecias
con el pelo patrás de puro espanto, por sus peliagudas implicaciones:
-El estado del Emperador Karl Franz parecía ser crítico. Se
estaba trabajando con magos para tratar de sanar su enfermedad y saber qué le
pasaba, y había un gran descontento en la capital (Altdorf), por que no había
nadie al mando y dicho malestar se estaba expandiendo por las provincias del
Imperio
Tras una larga
espera, les hicieron pasar a las oficinas donde otro funcionario atendió las
peticiones de información de los dos aventureros, entre hombres de pasadas eras
como él, de enorme barba, y no menos enorme sordera, pero bastante mas eficientes
en sus labores de funcionariado que las jóvenes promesas del recibidor del
edificio.
En la imagen uno de los funcionarios recién incorporados, cuadrando afanósamente números en la base de datos. |
Fue así como Arty y
Viktor pudieron enterarse un poco mas del funcionamiento de las cosas en
Middenheim, a saber:
-El Graf es ayudado por el Canciller (que se encarga de las
finanzas), y los 3 Jueces Supremos.
También hace caso a los Ulritas y al gremio de mercaderes. Los Jueces Supremos
aprueban las leyes por unanimidad, y si uno de ellos no está de acuerdo, no se
suele dar a conocer quien. Eso sí, la última decisión para aprobar cualquier cosa es del Graf, pues suyo es el
poder absoluto de la ciudad.
-Los 3 impuestos de la discordia fueron puestos en marcha
hacía más o menos un mes; el primer pago se debería realizar justo después del
carnaval.
-También sacaron el nombre del presidente de Comercio,
Industria e Impuestos, que es el mismo que el presidente del Gremio de
Mercaderes: Chester Goebbels.
Con todo esto
descubierto, Arty y Viktor dieron por finalizada su visita al Gremio de
Letrados, y marcharon con viento fresco a reunirse con los otros, que no habían
perdido el tiempo dándole al fiestorro ni ná, ya que se habían dirigido ni mas
ni menos que al evento de los Desafío al Campeón del Graf, a probar suerte con
el enano. De modo que, Magmar, Albretch y Karin se reunirían con ellos en el
carromato a la hora de comer tras dicho evento.
Así pues, mientras
que Arty y Viktor se exasperaban con la eficacia funcionarial de la ciudad, el
resto de la pandilla se dirigía a la Plaza de los Marciales, caminando junto al
torrente de gente que ya abarrotaba la ciudad, muchos de ellos rumbo al mismo
evento. Durante el paseo, nuestros protagonistas aprovecharon para darle a la
labia y ganarse el favor del público, por lo que Magmar pronto tuvo a una
legión de seguidores que coreaba su victoria frente al campeón del Graf, tarea
ardua pues no solo consistía en vencer a Dieter, si no también al resto de
candidatos. Y entre todo este jaleo de hurras por Magmar, Karin que no se podía
estar quieta, pues se dedicó a hacer de las suyas claro. La ocasión era propicia, y no
tuvo ningún reparo en echarle mano a la triste bolsa de un clérigo de Morr
despistado, que pedía a gritos un poco del cariño de Karin.
La llegada de los
tres compañeros al lugar en el que se celebrarían los desafíos al Campeón armó
un buen revuelo entre el gentío allí reunido, dado el alboroto de los
inesperados fans que veían en el enano la posibilidad de una buena ganancia en
apuestas, pero esto no amilanó a los otros candidatos que ya hacían cola para
inscribirse, y cuyas pintas estaban a medio camino entre luchadores del Wrestling, y sicarios rumanos.
Vamos, que era gente muy preparada para debatir mediante razonables argumentos a mano abierta, acero toledano, o martillo picapedrero, quién era el mejor candidato a Campeón del Graff. |
En la plaza ya
estaba todo preparado, y allí pudieron ver congregadas algunas de las
celebridades de la ciudad además de a los jueces y escribas del evento: Los
Mariscales Ulrich Schutzmann y Johan Schwermutt, unas auténticas bestias de la
batalla por su enorme corpulencia embutida en armaduras de placas. El pomposo
Caballero Eterno Siegfried representante de la ciudad y el Culto a Ulric, y
Petra Liebkosen una de las bellísimas Damas de La Corte. Y por supuesto, el
Campeón del Graff Dieter, quien supieron por la gente allí congregada para ver
el espectáculo, llevaba invicto en el cargo 4 años seguidos, y aunque de menos
corpulencia y estatura, de igual intimidante porte que los Mariscales.
Por desgracia, o tal
vez por fortuna, tras apuntarse y apoquinar el dinero de rigor para poder
entrar en el sorteo, Magmar no salió elegido en el mismo, por lo que ese día no iba a
poder intentarlo, pero no por ello iban a dejar de ver el espectáculo.
Las reglas eran
sencillas: La magia estaba terminantemente prohibida, y unos hechiceros se
encargaban de examinar a los combatientes antes, durante y después del combate
para asegurarse de que no se le daba uso. Los contendientes usarían la misma
armadura, y las armas se elegirían al gusto de cada uno. Eso sí, todo sería
aportado por la organización de la armería instalada junto a la plaza.
Los dos combates del
día fueron bastante interesantes pero poco espectaculares. Para los ojos
expertos, dejaron en evidencia que Dieter, vencedor de ambos combates, luchaba
mecánicamente y sin pasión. Con una eficacia y una superioridad frente a los
dos corpulentos candidatos abrumadora, pero con algo parecido a la desgana. El
Campeón del Graff fue eficaz en su tarea de despachar a sus adversarios, pero se
valió de movimientos mecánicos y maniobras aprendidas ejecutadas con la
precisión del aprendizaje y la experiencia, y no con la pasión del fragor de la
batalla. Quedó claro que el hombre combatía por obligación y no por interés en
seguir en el cargo y conservar su puesto, cosa que a Magmar, Albretch y Karin
sorprendió dada la vidorra que el Campeón debía de llevar en la corte, con todo
solucionado.
Terminados los dos
combates del día, los tres compañeros se dirigieron al Gran Parque a reunirse
con Arty y Viktor para poner en común lo averiguado durante aquella mañana, y
organizar los planes para el resto del día, por lo que disfrutando de otro
agradable paseo Middenheimes acompañado de un buen tiempo, se dirigieron a su
carromato.
La verdad es que para vidorra también la de los funcinarios del Gremio de letrados. Una parsimonia y tranquilidad hasta para girar de hoja el diario local... Como yo los pille por las abarrotadas calles con la misma actitud Sigmar sabe que me aprovecharé de sus bolsillos.
ResponderEliminarEl primer día en los Desafíos al Campeón fue cuanto menos entretenido y, ¿por qué no? divertido, y eso que los demás combatientes tenían cara de muy pocos amigos. Creo que muchos de ellos eran mafiosos de los que luego se lian a tortas en los partidos de snótbol.