martes, 6 de agosto de 2013

ACTO 20 (Vol.1)

  Hoy recoge el testigo de la narración de las crónicas nuestro querido Viktor. Que tras los dramáticos y calamitosos hechos acaecidos en las últimas partidas, ha tenido tiempo de sobra para meditar sobre cuestiones tan trascendentales como el calentamiento global, la existencialidad del no ser, o si la tortilla de patatas debe o no debe llevar cebolla. Y es que el concepto de "echar una mano", ha pasado a tener un significado tan abierto para el halfling, que no ha podido evitar replantearse el significado de la realidad de los sentidos, o algo así.

  Pero mejor que sea él mismo quien nos cuente cómo andan las cosas por Middenheim.

Que poco falta para que las cosas anden así por Middenheim.
  Adelante con la crónica Viktor:

  Postrado como me hallo en mi lecho, tras aqueste fatídico día, procedo a relatar nuestras aventuras y desventuras de hoy. Un día completo al que nada le ha faltado… bueno, sí, hay algo que sí falta...

24 de Sommerzeit, día 3: Marktag

  Comenzamos el día como de costumbre. Tras el copioso desayuno procedimos a pagar nuestra cuota a los papones: 4 coronas de oro. Mientras que el grupo casi al completo decidía ir al mercado, tanto para adquirir víveres, como para empaparse de cotilleos y saberes mundanos, Magmar prefería quedarse en el carro a esperar a que despertara Glugnur, el matador inconsciente que yacía al lado de nuestra casa con ruedas.


  Durante nuestro trayecto al citado destino fuimos testigos de un ajuste de cuentas. Un humilde mercader y su esposa eran avasallados por dos matones quienes exigían “el pago” a “El Hombre”. Tras titubear unos segundos y dada la injusticia de tal acto, Arty y yo (Viktor) decidimos intervenir. Logramos el cese de la violencia previo pago de 15 coronas de oro provenientes del bolsillo de Arty. El matón llamado Bruno y su compañero se quedaron con nuestras caras y procedieron a desaparecer entre la muchedumbre poco antes de que la Guardia de la ciudad hiciera acto de presencia.


  Dichas “fuerzas de seguridad” (derroche de lo primero y patente escasez de los segundo) nos tomaron declaración a todos y cada uno de los allí presentes. El tendero Gustav nos contó cómo "El Hombre" se dedica a cobrar una cuota a todos los mercaderes de la zona de manera aleatoria y sin previo aviso. Gustav, humilde mercader con escasos bienes (las frutas sobrantes de su cosecha personal), afirmaba no ser capaz de afrontar los pagos que se exigen. También nos aconsejó evitar los Barrios Antiguos si no queriamos toparnos con "El Hombre". Ante tal información sospechamos que pueda pertenecer a la mafia de Los Orientales y tomamos nota mental.

  Mas tarde, y ya  en el mercado, nos pusimos manos a la obra con lo nuestro. Entre calabacines, sardinas frescas y melocotones obtuvimos jugosos cotilleos. A saber:

  • Unos estudiantes aseguraban que el Canciller Sparsam maneja importantes chanchullos y tiene bien guardado su dinero (no se sabe dónde).
  • Otros comentaban que el Graf ha impuesto los ídem con motivo de la organización de una campaña contra el Emperador.
  • Y, por otro lado, también había quien aseguraba que Erlich ha sufrido tres ataques (incluso estando encerrado en casa) y Hoflich es un hijo de la gran ramera, seguro que razón no les falta.
  Desplazándonos en el espacio pero no en el tiempo, llevamos la visión de los acontecimientos hasta el carro, lugar donde Glugnur despertaba más jodido que una puta tras la Fiesta de la Farlopa.

Y como es "enano matador" y no "enano falto de higiene",
lo primero que hizo antes de ponerse la cresta fue cepillarse los dientes.

   Magmar engañó a su compañero enano acompañándolo a la Capilla de Grungni, lugar donde le aseguró que podía pedir explicaciones por seguir todavía vivo, aunque su intención real fuera la de obtener información acerca de ese posible atentado hacia los dos elfos de la corte por parte de un comando enano, información que Magmar obtuvo de un Glugnur mamado como una perra la noche anterior.

   Una vez allí, para sorpresa de los silenciosos y oradores enanos, Glugnur se puso a gritarle a la estatua de culto de Grungni en dicha capilla. Entre gritos y blasfemias Magmar actuó con presteza antes de que el resto de los allí presentes decidieran pasar a la acción y convertir al matador en un puzzle de 1.000 piezas, a la vez que satisfacían sus ansias de honorífica defunción.

  De este modo, Magmar lo acompañó a una taberna donde parecían servir cerveza decente y allí el matador se percató de que su monedero estaba vacío y acusaba de robo a nuestro compañero. Magmar, entre evasivas y negaciones, se hizo cargo de la invitación de las cervezas y el matador abandonó el lugar hecho una furia, momento en el cual entró al local una osamentera vendiendo baratijas y ropa hecha jirones de dudosa procedencia. Nuestro compañero rechazó una y otra vez las “maravillosas oportunidades de comprar los mejores ropajes a un precio irrepetible”, hasta que la mujer sacó su bien más preciado: un anillo con un zafiro encontrado en un dedo sin cuerpo arrojado por el Barranco de los Suspiros.

  La osamentera pidió 10 coronas de oro y Magmar, a sabiendas que debía de costar como mínimo el triple, decidió hacer la compra, no sin antes tratar de regatear el precio con nulo éxito. Llevó a la osamentera hasta el Gran Parque para echar mano del dinero guardado en el carro y finalizó la transacción.

Magmar tratando de hacerse el duro con la oferta de la mujer.

  Volviendo en este punto la perspectiva de la historia al grueso de nuestro grupo, ese era el momento en el cual yo decidía estrenar mi pipa cargada de aromatizadas hierbas del buen rollo y la relajación astral. Un buen aliciente para ver los Desafíos al Campeón desde otra perspectiva. En dicho evento se dejó ver Al Ulric, rodeado de un buen número de Caballeros del Lobo Blanco. Y, un poco más alejada, vimos a una nerviosa Kirsten, tensa hasta la coronilla por los difíciles dos combates a los que se estaba viendo sometido Dieter. Por fortuna, el Campeón continúa invicto aunque no le haya sido fácil la última vez.

  Tras los Desafíos al Campeón llegó el receso para comer en el Gran Parque y tener la reunión del grupo al completo para ponernos al día acerca de todos los acontecimientos. Echando un vistazo a la reciente adquisición de Magmar, Karin descubrio un nombre grabado en el anillo: “Klaus Gürtelross” y un pequeño resorte que desprendía el zafiro del anillo, dejando visible la insignia del Gran Gremio de Hechiceros. El grupo comenzó a pronunciar multitud de teorías y conspiraciones acerca de por qué un Hechicero iba a ser tirado por el Barranco de los Suspiros. La que más fuerza tomó fué la de “desaparición, asesinato y nunca más se supo”, ya que de cualquier otra forma habría sido enterrado con todos los honores en el cementerio de la ciudad, y no arrojado al lugar al que ván los difuntos cuyas familias son incapaces de pagarles un "alojamiento" en el cementerio de la ciudad.

  Tras la comida nos dió la hora de ir al Campeonato de Tiro con Arco y los hermanos halfling nos vestimos con nuestras mejores galas, recordando que tras el campeonato estábamos invitados a la Fiesta del Jardín. Una vez en el lugar del torneo, nos encontramos con nuestros dos amigos elfos acompañados de Dieter y Kirsten. Además también pululaba por allí el Caballero Eterno mostrándose en público, cual maniquí en un escaparate.

  Pachanga, flechas, vinito, risas entre colegas. Kirsten confesó sus ganas de irse a vivir junto a Dieter tan pronto como él dejara su puesto de Campeón. Terminamos el campeonato y tras la suma total de puntos fuimos testigos del resultado final y la entrega de premios, siendo Allavandrel el ganador del campeonato con tan solo 10 puntos de ventaja sobre el segundo, el desconocido y forastero elfo sin nombre, que tanta fama se había ganado en el campeonato al haber sido capaz de competir a la altura del Maestro de La Caza.

  Terminado el campeonato, nos dirigimos pues a la tan ansiada Fiesta del Jardín. Los halfings fuimos parados en la entrada por motivos obvios, pero Rayane intercediendo por nosotros nos hizo pasar. Dieter y Kirsten se alejaron de nosotros para ir a saludar a la Princesa Katarina, quien se encontraba acompañada por las damas Natasha y Emmanuelle y, obviamente, por su inseparable carabina.

  Así las cosas, se abría ante nosotros una visión majestuosa de los jardines de palacio. Ambiente tranquilo y distendido, música de gran calidad, mucha cortesía, muchos canapés y mucho ponche. La tarde prometía.

1 comentario:

  1. Y tanto que prometía la tarde... que cambiaron luego bien las tornas en un abrir y cerrar de ojos.
    Menos mal que Magmar fue capaz de controlar al matador enano enla Capilla o aquello habría acabado como el rosario de Shallya.

    Interesante el dato sobre el anillo y su anterior dueño, algo más que añadir a nuestra extensísima lista de "cosas a investigar en Middenheim". No damos a basto >_<

    ¡Ah! Y espero que la primera imagen... sea solamente para asustarnos todavía más y no tenga mucho de verdad.

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