martes, 3 de junio de 2014

ACTO 23

   La hipnosis a Dieter arrojó algunas revelaciones, pero estas solo sirvieron para que el grupo se perdiera todavía más en nuevas preguntas. Aún así, lograron sacar algo con lo que empezar a tirar de la manta, y poder ver lo que había debajo, pero poco tiempo tuvieron para pensar en ello, ya que ese día el Director de Juego se había levantado especiálmente violento y con ganas de fiesta, y los PJ-s iban a volver a encontrarse en medio de un nuevo fregado sin comerlo ni beberlo, que ya llevaban muchas sesiones si provocar derramamientos de sangre, desmembramientos brutales, y masacres en masa.

  Adelante entrada.


26 de Sommerzeit, día 5: Bezahltag. Segunda mitad de la tarde y Noche.

  Terminada la sesión de hipnosis, al grupo le tocaba replantearse la situación con los nuevos datos salidos a la luz por boca de Dieter, quien marchó a la ópera con su prometida Kirsten haciendo que todos los presentes sintieran un poco de lástima por el pobre hombre, quien ahora tendría que dar algunas explicaciones a la furibunda mujer, sobre quien era aquella mujer tan atractiva con la que estuvo durante la noche narrada en la sesión de hipnosis.

Y no faltaron las frases "Hoy duermes en el sofá" y
"Mañana no te libras de visitar a mi madre".
   En el debate quedaron claros algunos puntos. Además de opinar sobre que Goebbels no era de fiar, Alavandrell informó al grupo sobre la difunta esposa del Graf. Anika murió con 23 años, hacía menos de 12 meses. Sufrió un desmayo en el palacio y entró en coma, y pese a los esfuerzo de galenos y hechiceros, fue imposible despertarla, muriendo poco después. En el palacio se redobló la guardia, y el ánimo del Graf empeoró, aunque ante las preguntas, afirmó que el estado de salud del Graf ya era malo desde antes del suceso, y que aunque su depresión tras aquello lo agravó, no parecía tener nada que ver con lo ocurrido a Anika.

  Ante la pregunta, Luigi respondió que él llegó al palacio a atender a Stefan hacía solo 4 meses, y que por ello no llegó a conocer a Anika, lo que chocaba con algunas de las informaciones que sobre él tenían de antes, pero esto no preocupó al grupo, ya que ahora confiaban en el doctor. Luigi comentó que sabía que el Juez Supremo Erlich estaba pasando una mala época familiar cuando llegó al palacio, y que no se le ve por el palacio debido a ello, aunque le parece extraño habida cuenta de la importancia de sus labores como Juez de Middenheim. Ante la mención de Erlich, los dos elfos decidieron investigar el asunto.

  El siguiente punto era Goebbels, por supuesto. Según los elfos el hombre consiguió su puesto como Presidente del Gremio de Mercaderes hacía 6 meses, pero no tenían idea de cuando logró el otro puesto. Vino desde Mariemburgo, recomendado por Anika para ejercer las labores que ejercía ahora mismo, ya que tenía una merecida fama de comerciante en aquella ciudad portuaria. Aunque la fama que se estaba ganando últimamente en Middenheim con el asunto de su afición a los chicos del coro, no estaba ayudando en nada a la buena reputación que se trajo consigo.

  Y cómo no, al final el grupo se animó a preguntarles, y enseñarles, el enigmático anillo que los traía de cabeza desde hacía unos días. Ni el Doctor, ni los elfos tenían idea alguna al respecto, pero se sorprendieron mucho al saber que aquel anillo provenía de un hechicero arrojado al Barranco de Los Suspiros.

  Y como la tarde concluía, y no tenían mucho más que hacer, mientras los elfos se íban por su cuenta, Albrecht volvía al tajo y Luigi decidía irse de putas con aire sonriente y entrepierna abultada, nuestros ambiguos héroes decidieron irse a cenar, que ya estaban metidos en toda la fiesta Middenheimesa, y si no iban con tiempo, probablemente les costaría encontrar mesa en cualquier sitio. Pero aún más, aprovechando la información de Dieter, decidieron que tal vez el camello que suministraba los yerbajos de la risa a Viktor pudiera saber algo sobre la tal Charlotte, ya que se olían que aquella mujer podía tener algo que ver con la drogadicción del Canciller Sparsam, y en tal caso, podía ser conocida entre quienes se ganaban los garbanzos vendiendo caramelos de colores, y polvos de talco.

Sí, estos caramelos y polvos de talco, por si hay algún despistado.
  Una vez más, después de cenar se dirigieron a “El Foso”, lugar de baja catadura en donde ya eran habituales parroquianos, con la intención de probar el famoso Kaligobo, y hacer algunas pesquisas sobre la Charlotte esa, aunque más de lo primero que de lo segundo, algo que por otro lado no sorprende a nadie del blog.

  Una vez allí, bien servidos de Katxis y dados para jugar al Kinito, Viktor localizó a su suministrador para preguntarle por la mujer. El tipo no sabía nada de ella, o quizás Viktor fue demasiado sutil con sus preguntas, ya que al pedirle “Polvo Élfico”, este le dijo que no le quedaba nada, dado que una mujer se lo había comprado todo hacía varias noches, pero que podía conseguirle más para Angestag, a 1 CO la dosis.

  No del todo satisfecho con el resultado de la entrevista con el hombre, Viktor volvió junto a sus compañeros en el local, momento en el que alguien decidió montar una peli de John Woo al estilo Viejo Mundo: Rompiendo la puerta del local de un hachazo a dos manos, y metiendo en aquella ratonera a rebosar de buenas gentes beodas, una manada de hombres bestia sedientos de sangre.

  Este insólito hecho en medio de una gran urbe como Middenheim (y para qué negarlo, aparentemente generado por las tablas de encuentros aleatorios), dejó a todo el mundo con el culo torcido, hizo que varios de los presentes recuperaran la sobriedad de puro espanto, y que otros amarillearan la goma de su ropa interior.

  Y ya la tuvimos liada. Junto a los hombres bestia hicieron acto de presencia un grupo de goblins y skavens. En ese nutrido y heterogéneo grupo, el que parecía llevar la voz cantante era un skaven de pelaje negro, que en cuanto vió a Karin, por algún desconocido motivo la señaló y gritando en un Reikspiel chapurreado, ordenó a los monstruos que la cogieran. Evidentemente, ni nuestra ladrona favorita, ni sus compañeros iban a dejar que a la moza se la llevaran en volandas como a un vulgar salchichón para el bocadillo, así que comenzó la trifulca, y no solo con nuestro grupo metido en el berenjenal, ya que los terripilantes monstruos trataron de dar caza a algunos parroquianos más, por lo que a pesar del acojone general, se imperó el instinto de supervivencia, y las armas fueron desenvainadas.

  Las galletas comenzaron a llover por todos lados, y nuestros amigo se las vieron y desearon en aquella situación que los superaba a todas luces, ya que incluso Magmar tenía dificultades para contener al hombre bestia que trataba de agarrar a Karin, siendo ambos arrinconados en una esquina, mientras que Viktor, haciendo honor a su astucia y sentido práctico, decidía que si eso, mejor se escondía debajo de la mesa, que la historia no la escribieron los valientes. Arty por su lado, se las ingeniaba para dificultar el combate al hombre bestia encarado con Magmar, logrando que este no fuera capaz de agarrar a Karin gracias a varios hechizos bien lanzados.

  La lucha se recrudecía en el local, pero las cosas tomaron un cariz positivo para los parroquianos de “El Foso” cuando de las habitaciones de arriba bajó una mujer pelirroja en camisón, y fulminó de un firebolazo al hombre bestia que ya tenía arrinconado e indefenso a Magmar, quien después de perder su hacha en el combate, ya estaba echando mano del mobiliario del local para defenderse, mientras que Viktor se dedicaba a darse de collejas con un goblin que lo había hecho salir de debajo de la mesa con el sólido argumento de una lanza en ristre.

  A partir de aquí el delirio fue in crescendo. Mientras nuestro grupo trataba de alcanzar la calle y salir de allí a gatas si fuera menester, la Guardia de la ciudad entró en tromba en el local llenando de más gente el ya reducido espacio del lugar, y convirtiendo las maniobras con las armas en algo ridículo.
Mas o menos, algo como esto.
  La mujer de pelo rojo, continuó con su despliegue de fuego purificador, haciendo barbacoa al skaven líder, y desorganizando por completo a la banda, lo que hizo que la Guardia tomara definitivamente el control de la situación, y aniquilara sin piedad a los monstruos.

  Momentos más tarde, y en la calle, a todo el mundo le era tomada declaración de los hechos mientras unos funcionarios muy eficientes apilaban cadáveres en una esquina. Fue aquí cuando el grupo pudo escuchar que la mujer del camisón era hermana de la ayudante del Gran Hechicero, Hanna Eberhauer, lo que los hizo ponerse a sospechar de nuevo, por que ¿Qué diantres hacia semejante eminencia mística en un tugurio? Es más ¿Qué hacía en las habitaciones de fornicación de dicho tugurio? Bueno, qué hacía lo tenemos claro, lo que no tenemos claro son los motivos que la llevaron allí, y nuestro grupo tuvo para un rato de sospechas con eso, aunque no todos, ya que Viktor tenía otra cosa en la cabeza.

  Apartándose de los demás, y con mucha discreción, el payo halfling se acercó a la pila de cadáveres que se estaban retirando, y echó mano a algo. Cuando volvió a donde los demás, traía consigo una muñeca de trapo en bastante buen estado que aseguró habérsela visto colgada del cinturón al goblin con el que luchó, y que le había llamado poderosamente la atención, motivo que sus compañeros no terminaban de entender, haciéndoles pensar que los cigarritos de la risa ya habían empezado a hacer mella en su cerebro. Inspeccionando la muñeca tras llevársela sin que nadie les viera, encontraron una nota en su interior, que les dejó aún más mosqueados con lo que se cocía en Middeheim, y lo que es peor, con la duda de si aquello tenía algo que ver con la trama ideada por el Marvado Director de Juego, o solo era una Quest secundaria.

Sí maja, ayuda sí que necesitas, pero de un buen corrector.
   Cansados, malheridos, llenos de sangre propia y ajena, todos se retiraron de vuelta al  carromato en el Gran Parque, lamentándose ya de las agujetas que tendrían al día siguiente.

1 comentario:

  1. Pobresito Dieter, menudas broncas le esperan al menos durante varios días a costa de la hipnotizadora atractiva y gabacha esa... Hasta daba penita dejarlo marchar con Kirsten, su prometida, echándole el rapapolvo.
    En cuanto a la pelea en "El Foso", prefiero no recordarlo de nuevo. Esas manos de skaven sucias y mugrientas agarrándome repetidamente con intención de llevarme a saber dónde, aggg, menuda asquerosidad. Voy a volver a pasarme el jabón por todas partes solo por recordarlo.

    No sé si lograrán encontrar a la niña perdida, que es lo que parece por la nota encontrada. Espero que así sea. Yo podría haver sido esa "pequeña" cautiva.

    O lo mismo es que quieren hacer un nuevo coro, pero con niñas, a ver si a Goebbels lo que le va a molar es ver gente cantando y no necesariamente los muchachos, jejeje.

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