martes, 31 de diciembre de 2013

ACTO 21 (Vol.2)


  Arty no podía decir que estaba perdiendo el tiempo en la ciudad, ya que sus pesquisas para el grupo le estaban llevando a disfrutar de los actos festivos mas culturales.

  Como se dijo en la anterior entrada, el hombre se había ido a buscar a Luigi al teatro en el que actuaba ese día, interpretando un papel en “El Bárbaro de Sevilla”. En ese momento era la mejor forma de localizar a Herr Doctor, y además de ello, Arty pudo aprovechar para disfrutar de la obra y comprobar de primera mano el talento de Luigi, quien tenía una muy buena voz para ejercer en la ópera, aunque lo hiciera como hobby.

  Arty interceptó a Luigi al finalizar la ópera, esperándolo en la puerta de salida de los artistas.

Luigi Pavarotti será un putero, pero el jodío
tiene mas arte que el curriculum de Leonardo Da Vinci
   Luigi se alegró de ver de nuevo a Arty, y tras preguntar por Albrecht, lo animó a ir con él de nuevo a “La Luna Cantarina”, lugar al que se dirigía a refrescar el gaznate tras la ópera, algo que a Arty le vino de perlas, claro, pues entraba dentro de sus planes para abordar a Luigi con temas… complicados de tratar.

  Una vez en el local, comenzaron las rondas de licores de todos los colores, y la conversación fue yendo hacia donde quería Arty. Luigi estaba tan animado como siempre, y tras ofrecer de nuevo sus milagrosos “Polvos de Viagra” a Arty, reveló sustanciosa información a nuestro amigo.

-Luigi le daba a todo. Lo mismo hombres que mujeres. Según el buen Doctor hay que aprovechar el rato que estamos en el mundo, que a uno le viene a buscar el de la túnica negra cuando menos se lo espera. Bien decía saberlo él, que como Doctor había visto morir a mucha gente joven sin oportunidad de disfrutar de todos los placeres de la vida.

- En opinión de Luigi, el Canciller Sparsam es un mojigato reprimido. Le parecía raro que le hubiera propuesto algo a cualquier mujer de la corte, pues era un hombre demasiado serio y estrecho para tales divertimentos. Aunque era cierto que le había notado un carácter extraño últimamente en el palacio.

-También salió en la conversación el nombre de la familia Wittgenstein, y del varón que había venido a la ciudad. Luigi afirmó no saber quién era, pero le agradaba saber que era un fiestero y putero como él, y que sabía disfrutar de la vida.

- Al mencionar Arty la cuestión del Hipnotismo, Luigi reconoció abiertamente que usaba dicha disciplina para tratar a algunos de sus pacientes. Alli de donde él venía le trataban de charlatán por ello, ya que está tan mal visto como usar la magia para curar enfermos. En sus explicaciones sobre la disciplina, Luigi mencionó que esta no funciona si el receptor no cree en ello, y también que es consciente de que hay quien lo usa para malos fines, o como teatro barato sin ningún fundamente con el que lucrarse. Él solo recurría al Hipnotismo para tratar problemas mentales dentro de su profesión.

- Ante la pregunta de Arty, También mencionó que solo está al cargo del Barón Stefan. No le dejan acercarse al Graf ni por asomo.

- Arty continuo indagando en la cuestión, y Luigi afirmó ante su pregunta que en teoría se puede influenciar por Hipnosis a alguien no receptivo dependiendo de la voluntad de ambas mentes. Pero él aseguraba no haber visto nunca nada parecido.

  En este punto, Luigi que no era tonto y ya llevaba rato viéndole el plumero a Arty, terminó contraatacando, interesándose por tanta pregunta respecto al Hipnotismo. Acabó por desarmar las defensas de Arty, y este confesó que el motivo era Dieter, y que tenían razones de peso para pensar que el Campeón Judicial podía haber sido Hipnotizado contra su voluntad. Luigi dijo entonces que nunca se había relacionado con él a pesar de conocerlo, pero que no había notado nada extraño en su comportamiento en público. El asunto captó su interés, cambiando a una actitud profesional que daba envidia por su seriedad en la cuestión, y que nada tenía que ver con el Luigi que conocían. De esta forma, Arty se ganó a Luigi, quién aceptó tener una cita con Dieter, pues se sentía interesado profesionalmente en averiguar si detrás de todo aquello había una influencia hipnótica de malas intenciones.

  Pero no os creáis que Luigi y Arty fueron los únicos interesados en la ópera aquel día. Ya que Viktor por su lado, después de dejar a su hermana en la cerrajería, acudía al teatro para ver si se encontraba con Rayane. Ambos disfrutaron de la ópera en sus respectivas butacas sin percatarse de que en el otro lado del teatro se hallaba Arty esperando ansioso el fín de la obra para abordar a Luigi, y Viktor tampoco desaprovechó la ocasión para sacar información al elfo sobre lo que estaba ocurriendo en Middenheim.

  El juglar elfo había tenido un día ajetreado, y había decidido ir a la ópera a desconectar un poco. Allavandrel, que ya había hecho algunas pesquisas interesantes, quería llegar al fondo de la cuestión tras el ataque, pero el juglar estaba un poco saturado de tanta investigación, y quería relajarse un poco.

Take a Relaxing Cup of Teatro de Middenheim
  Durante la obra, Viktor y Rayane pudieron conversar un poco, tratando de no molestar al resto de asistentes, y aunque no quería hablar todavía del tema sin haber confirmado las cosas que habían descubierto y que no les habían gustado nada de nada, esto es lo que el elfo le dijo al halfling:

-Habían preguntado en el Gremio de Hechiceros al respecto del estado de Dieter. La posibilidad de que el Campeón Judicial estuviera bajo un encantamiento existía, y no había que descartarla.

-También habían investigado a algunas de las personalidades que frecuentaban el palacio. Sabían con certeza que Goebbels había llegado a Middenheim hacía tan solo 6 meses atrás, y en tan poco tiempo ya ocupaba dos cargos muy importantes en la ciudad que cualquier persona habría tardado toda una vida en conseguir. Luigi Pavarotti también había llegado hacía poco a la ciudad, y conseguido un cargo importante aparentemente casi sin esfuerzo.

-Mencionó a Al-Ulric diciendo que es un buen clérigo que hace bien su trabajo, pero no lo dijo muy convencido. Ante la insistencia de Viktor, confesó que sospechaba que el Sumo Sacerdote estaba teniendo una aventura  con la amante del Graf, y que de ser así, era muy imprudente al hacerlo y que la culpa era toda del religioso. Este dato reveló algo que el grupo no sabía hasta ahora, ni mas ni menos que LA DAMA DE LA CORTE EMMANUELLE, ERA TAMBIÉN LA AMANTE DEL GRAF.

¡Toma golpe dramático de culebrón clásico!
¡Y en el siguiente capítulo, el mayordomo era su hija!


  Terminada la obra, Viktor comunicó a Rayane el lugar en el que se alojaba el grupo para futuros encuentros (el elfo costumbrado a la vida del artista bohémio no pareció asustarse como las damas del palacio al mencionar el carromato gitano), y dejó marchar a Rayane, quien debía encontrarse en el palacio con Allavandrel. Así las cosas, Viktor decidió volver al carromato, pues ya solo con lo de Emmanuelle, tenía para pensar toda la noche, mientras que por otro lado del teatro, Arty era llevado por Luigi a disfrutar de la misma, que era joven.

  Tras las primera copas de rigor, en las que Arty hizo migas con Luigi y supo mas cosas de la gente importante de Middenheim, como ya se ha narrado antes, Herr doctor decidió que ya era hora de empezar a divertirse de verdad, lo que le llevó a probar suerte con dos voluptuosas morenazas embutidas en bonitos vestidos que estaban siendo acosadas por  dos maromos del tamaño de armarios empotrados . Los maromos no pudieron con la labia de Luigi, que los despachó y dejó en ridículo en menos de lo que canta un gallo, y se retiraron al ver que no era buena idea empezar una trifulca en el local, y las damas accedieron a pasar del alcohol de la barra del bar, a las sustancias servidas por el mismo Luigi en el anonimato de las letrinas. Sin embargo, las damas eran listas, y tras sablarle al hombre todas las copas y farlopa que pudieron, marcharon dejando al pobre doctor con un calentón de campeonato, y una entrepierna abultada.

  Luigi no se daba por satisfecho, claro, y convenció a Arty a ir sobre seguro, arrastrándolo a un local del que él era habitual. El, a esas alturas más que borracho Arty, se dejó llevar hasta el lugar hasta que vió las luces rojas de las ventanas. Y como ya bastante había tenido con los piojos y pulgas contraídas en Wittgendorf, decidió que no íba a probar suerte con las ladillas, de modo que Luigi no pudo convencerle más allá del callejón frente al burdel al que lo había arrastrado, y Herr Doctor lo dejó marchar a dormir la mona, tras quedar con él al día siguiente para lo de Dieter, a las 5, en la Puerta Sur del Bernabau, pues tenía intención de asistir al partido de Snótbol de ese día.

1 comentario:

  1. Culebrón en toda regla. Menudo putiferio que hay en el Palacio de Middenheim, ¡y eso sólo entre la gente de más nivel, no entremos a hablar de si las sirvientas se tiran a los mayordomos o cosas por el estilo!
    Lo del trío Emmanuelle-Graf-Al Ulric tiene una miga que pa' qué. Hay que andarse con ojo con quien sabe todo lo relacionado con ello porque no se puede acusar a la gente sin pruebas, y menos a ese tipo de gente.
    Espero que mañana Luigi pueda deshipnotizar a Dieter y saquemos algo en claro, pero no estaría de más empezar a investigar más a fondo al Goebbels ese que no me da ninguna buena espina. Llegar y besar el santo, eso es lo que ha hecho.

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