Continuamos con el volumen dos narrado por Karin de la anterior partida, aprovechando para añadir una nueva y flamante novedad a blog: Una sección propia para todas las sandeces y paridas que pueden llegar a decirse en las partidas de la campaña que hemos venido a llamar Pifias Mentales. Por que sí amigos y amigas, semejantes demostraciones de bajeza en el intelecto humano han de ser preservadas para la posteridad cuando las cucarachas mutantes sucedan a la humanidad, y así ahorrarles siglos de investigación por descubrir la causa de nuestra extinción.
13 de Sigmarzeit:
13 de Sigmarzeit:
Tras madrugar fuimos a visitar el Templo de Shallya, donde nos sanaron todas las heridas. Las mejores coronas de oro invertidas hasta el momento. La mujer anciana que curó las heridas de Arty le dijo que el mal estaba sobre él pero que también veía un aura de bondad velando por su persona, para que no se desviase del buen camino.
Una vez recuperados de las palizas, peleas con demonios y demás, nos dirigimos al Templo de Mor para poder despedirnos de Ragnar. Queríamos poder hacerle un entierro enano llevándolo a Grissenwald y dejándolo en manos del Clan Granmartillo, pero los últimos acontecimientos nos lo iban a poner difícil.
Lágrimas no faltaron en la despedida, así como una emotiva promesa de venganza por parte de Magmar. Un augur se acercó y nos dijo que Ragnar estaba orgulloso de nosotros pero enfurecido a la vez (aunque eso no es de extrañar).
Dado que el entierro al estilo humano supone que el cadáver esté desnudo, los sacerdotes del templo nos entregaron todos los enseres de nuestro amigo, e incluso el dinero que llevaba encima, así que dedicamos el resto de la mañana a vender la mayor parte de sus cosas.
Unos amigos envidiables: lo primero que hacen despues de despedirse del difunto, es ir al rastro a vender las pertenencias del mismo. |
Aparte de eso, el resto del día lo dedicamos a buscar una carreta que nos pudiera acercar a la máquina de señales de Aynjulls, y al fín encontramos una perfecta que partiría al día siguiente.
Al terminó por decidirse, y se unió al grupo pues dijo saber que tras los hermanos Villaverde siempre se mueve dinero, y eso es lo que a él le interesa. Pobre iluso, no sabe dónde se mete…
14 de Sigmarzeit:
Pasamos el día viajando en carreta bajo una copiosa lluvia que provocó que Viktor y Al pillaran un buen trancazo.
Entrada la noche llegamos a la máquina de señales, en la que todo estaba tal cual lo dejamos al marcharnos aceleradamente tras el susto con el necrófago y sus amigos del sótano. Se ve que en el Viejo Mundos los trámites burocráticos tardan su tiempo en recibir respuesta a los avisos de no-muertos en edificios del imperio. Mejor para nosotros.
En algunos casos, los no-muertos se pueden encontrar haciendo cola y todo, según la complejidad del trámite. |
Tras una cena decidimos dormir al calorcito del fuego y explorar el lugar al día siguiente haciendo guardias toda la noche.
15 de Sigmarzeit:
Tras madrugar y desayunar, bajamos todos y tratamos de encontrar algo útil en la biblioteca del sótano. Al no encontrar nada nos dirigimos a la inquietante habitación con una estrella de seis puntas dibujada en el suelo con pintura plateada, en la que cada punta tenía una cerradura.
Arty saco todas las llaves que tenían esa misma estrella y nos ofrecio una a cada uno. Abrimos las cerraduras y en el centro de la figura se abrio una trampilla hacia otra biblioteca más abajo.
En el centro de la misma había una mesa llena de polvo con 3 libros encima abiertos. Arty nos leyó lo que decían las páginas abiertas, de lo cual sacamos algo más de información, aunque luego no sepamos ni qué hacer con ella:
Curioso. Ocurre lo mismo con los manuales de montaje de esta gente. |
- En el año 2302 cayó un meteorito procedente de la luna Morrslieb cerca de las Colinas Áridas (el lugar al que Ethelka debía ir a por algo importante).
- Un documento firmado por Dagmar von Wittgenstein, hablaba del mayor fragmento de piedra bruja existente en el mundo, que le daría mucho poder para hacerse con todo el Viejo Mundo. Informaba de que se había contruído un receptáculo especial forrado de plomo para transportar dicho fragmento hasta el Castillo Wittgenstein, donde le esperaba una cámara reforzada mágicamente. Aparte de esos datos, encontramos un grimorio oscuro y una extraña pócima escondida en el interior de un libro de la biblioteca secreta.
Con el nuevo descubrimiento sucedió un acalorado debate sobre nuestro próximo movimiento: sin un duro y una buena deuda que pagar a los malnacidos que persiguen a Arty (y con él, al resto del grupo) la idea de buscar esa piedra bruja para venderla en el mercado negro era una de las opciones, así como la de mandarlo todo a tomar viento, cambiarnos de nombre, y escondernos en el pueblo de paletos más incomunicado del Imperio. Finalmente nos decidimos por viajar hasta Delberz y hablar de todo lo sucedido con el mago Hyeronimous a ver si sacamos algo en claro con su ayuda.
Y acabo de darme cuenta que además de estar buscados en Grunburgo, cercano a Altdorf, Viktor y yo somos “personas non-gratas” en Delberz tras la que se lió antes de marcharnos por la lengua larga de mi hermanito…
Me parece que nos va a tocar otra de disfrazarnos de niños para la próxma partida…