La última partida resultó algo así como "de transición", entre el anterior volumen de campaña y lo que les va a caer ahora a nuestros sufridos protagonistas, pero sin el bueno de Juancar de por medio, y sin patillas ni pantalones de campana, que desde esa perspectiva, tampoco parece algo muy malo que no hayan pantalones de campana, pero ya vereis, ya. Que ha bastado una sola sesión de juego, para que los jugadores hayan tenido que tomar por asalto el botiquín de la abuela, y traginarse un par de cubatas de Nervocalm para dormir bien sabiendo lo que saben.
4 de Sommerzeit.
Al fín llegó el momento de abandonar aquel maldito pueblo (o pueblo maldito según prefiráis llamarlo), y el grupo lo hizo tras unos cuantos días a base de calditos y sopitas para recuperarse de la "acogedora" visita a la morada de los Wittgenstein.
Pero, ¿Qué pasó en aquellos días? Pues entre otras cosas, fueron recompensados por su desinteresada labor (o eso lograron hacer creer a los jueces inquisidores de la Orden del Martillo Plateado) erradicando el mal de aquellas tierras, para acto seguido, meterse en un berenjenal aún más gordo. Los mismos inquisidores que acudieron en su ayuda junto a Hyeronimous cuando peor las estaban pasando, recompensaron eliminando de los archivos legales todo acto delictivo por el que se les acusara, además de otorgarles una generosa recompensa económica. Pero claro, aún quedaba el problema de que al menos un miembro de los cuatro von Wittgenstein seguía deambulado por el Imperio con facinerosas intenciones, como demostraba la carta de un supuesto hermano de Lady Margritte afincado en Middenheim, hallada en el castillo, y eso no se podía permitir.
La influencia del Caos había llegado a las más altas esferas tal y como demostraba lo ocurrido, y había que pararle los pies al último de los Wittgenstein que seguía en libertad. Como era un trabajo a realizar en el más oscuro secretismo, dado que ahora estaba demostrado que cualquier persona de alto cargo podía ser un sectario traidor, y los sigmaritas no son precisamente el arquetipo de la discrección, hacían falta agentes externos, que no tuvieran nada que ver con las altas esferas, y que sin embargo fueran capaces de integrarse en ellas, para desenmascarar las fechorías que urdían las sectas, que ahora se sabía gracias a la carta hallada, estaban operando tras el gobierno de Middenheim. Y efectivamente, nadie mejor que los PJ-s para realizar la misión. Pero qué valor que tienen estos inquisidores.
Por desgracia para nuestros sufridos protagonistas, tampoco estaban en disposición de negarse, por que: A) Las pistas sobre sus asuntos respecto a la Mano Púrpura y el Lieberung de las narices los llevaba directamente a Middenheim, y no les venían mal aliados en el asunto y B) Les iban a pagar una pasta gansa por hacer de James Bond, algo de lo que no iban sobrados.
Y admitámoslo, el dinero no es el único aliciente para querer hacer de James Bond |
De modo que tras aceptar, terminar de hacerse cura-sanas, y despedirse de aquellos agradecidos de su visita al pueblo que aún tenían manos en vez de tentáculos, el grupo, junto a uno de los inquisidores, se subió al Salmón Azul el barco que había traido a los rescatadores, para partir a Altdorf, desde donde más tarde, tomarían rumbo a Middenheim.
El inquisidor, Rudiger, tenía que informar en la capital sobre cómo habían ido las cosas, y de paso, zanjar el tema sobre cómo mantener contacto con nuestros aspirantes a Bond una vez en Middenheim, y sobre la última de las recompensas que se merecían por rescatar la espada sigmarita del templo de Wittgendorf. Por una vez, el viaje fue de lo más tranquilito, y además ameno, aunque más preocupante a cada día que pasaba a la luz de la información que iban averiguando sobre Middenheim, y otros asuntos relacionados con lo que les llevaba allí.
Durante la primera parte del mismo, el grupo volvió a encontrarse con Bertrad en la única parada que hicieron bajo la sombra del castillo Reiksguard, donde Rudiger tenía que hablar con los inquisidores que ya habían tomado la máquina de señales a raíz de los informes del grupo. Además, una vez continuado el viaje, hicieron migas con tres monjes sigmaritas que fueron aceptados en el barco, y que tenían el mismo destino que el grupo por sus propios motivos. Gracias a Bertrad y a los monjes se enteraron de que en el Norte la cosa andaba caldeada entre Ulritas y Sigmaritas (más de lo que ya suele ser habitual), de que en pocos días daría comienzo el famoso Carnaval de Middenheim, todo un evento de juerga y desmadre en el que la ciudad se transformaba completamente y de que el Gran Teogonista (el Papa Sigmarita del Viejo Mundo) había organizado una reunión importante en la Capital del Imperio para discutir sobre la llamada "herejía sigmarita", por la cual los Ulritas acusaban a éstos de herejes. El carnaval no era mala cosa, pero lo otro empezó a preocupar al grupo que ya empezó a preguntarse en qué leches se estaba metiendo esta vez.
Además, el monje de nombre Marcus, pidió un favor a Arty antes de abandonar el barco: de camino a Middenheim hay un santuario llamado "La Roca Brillante" que es lugar de culto tanto para sigmaritas como para ulritas. Tras su paso como novicio en el Templo que allí se haya, el anciano se llevó de recuerdo una esquirla de aquella misteriosa roca y quería que la devolviéramos a su lugar.
Llegados a Altdorf, todos disfrutaron de una merecida noche de descanso tras el viaje, para al día siguiente cobrar la recompensa al respecto de la espada, y finiquitar el asunto sobre cómo mantener contacto discretamente desde Middenheim, que finalmente sería a través de correo ordinario dirigido al templo con remite a nombre de (atentos al nombre) HANSEL GRETELSTEIN (tócatelas Mariloli).
Después de aquello, y deprisita que empieza el Carnaval, se dedicaron a hacer los preparativos para viajar a Middenheim, que al carecer de ruta fluvial para ello, exigía buscar un medio que les llevara por los caminos del Imperio con seguridad. Tras probar a preguntar haciéndose pasar por artistas callejeros en distintos gremios de música de renombre de la capital, que pudieran viajar a la Ciudad del Lobo Blanco con motivo del Carnaval, terminaron por arrejuntarse a una caravana de gitanos en las afueras de Altdorf, debido a entre otras cosas, no ser aceptados en ningún otro lugar, por que a ver si se ván a pensar que la Real Orquesta Filarmónica de Londres acoge a todo el que se pasa por la oficina, diciendo que se gana la vida tocando la flauta y pasando el platillo en el underground. Y mira que era fácil buscar un servicio de diligencias que les llevara, pero nada, ellos a lo suyo de querer viajar de gorra, haciéndose pasar por artistas para investigar de incógnito en la ciudad.
En el campamento gitano los recibieron con reservas, pero sorpresas de la vida, allí se encontraron con Renata Hauser, la gitana que rescataron hacía ya mucho de un ataque de mutantes en el río, y hablando en favor de ellos, se ganaron un huequecito en la troupe. Pero un huequecito bien grande, si hasta les dejaron un carro para ellos solos y todo gracias a la labia de Viktor. Y con aquello y las compras pertinentes para el viaje, ya se pudieron marchar a Middenheim dos días después de su llegada a la Capital, bajo la protección de viajar junto a una caravana de gitanos, que trataría de ganarse los garbanzos en el Carnaval Middenheimes a modo de artistas itinerantes. Y como artistas que dicen ser, más le vale al grupo aportar ahora unas buenas ganancias a la comunidad ejerciendo de tales una vez estén en Middenheim, porque 9 familias de gitanos queriendo hacerse instrumentos de viento con sus tripas es lo último que les falta para terminar de ponerle la guinda al bonito pastel que están haciendo.
Carnavaaal, carnavaaal... Por lo menos el grupo se lo podrá pasar bien antes del fín del mundo. |
La segunda parte del viaje, fue igual de tranquila que la primera, salvo por las canciones de Navajita von Camelastein, pero todo no puede ser. Además de la característica música con la que la troupe amenizaba el viaje, el grupo pudo irse informando de más cosas sobre la ciudad a la que se dirigían, gacias a otros viajeros con los que se encontraban por el camino, muchos yendo hacía allí, pero otros pocos huyendo a causa de los nuevos impuestos de la ciudad. Dichos impuestos eran 3: sobre pergaminos, sobre templos y sobre enanos. Según un miembro de la raza enana esas subidas de impuestos solo podían significar una guerra, y es que se rumoreaba que el Graf Boris Todbringer (el gobernador de la ciudad) quería invadir Nordland. Poco después por un sacerdote también supieron de un grupo de fanáticos ulritas que estaba ganando demasiados adeptos llamados "Hijos de Ulric".
El único problema reálmente grave vino cerca de la ciudad, pasado el desvío a "La Roca Brillante" a donde decidieron ir tras el Carnaval, cuando la caravana gitana se encontró de frente con una tropa de Caballeros del Corazón Ardiente. El camino era muy estrecho, y entre unos que iban y otros que venían, pues no había manera de pasar. Y, claro, como ninguno daba su brazo a torcer ante el hecho de dar marcha atrás, pues de no ser por la mediación del buen Viktor y sus habilidades negociadoras, aquello podía haber acabado como el rosario de Myrmidia. Finalmente, apartando las caravanas ligeramente a un lado del camino, y rompiendo la formación de los caballeros para pasar en fila de a uno, nadie tuvo que retroceder, y el problema fue resuelto, a pesar de las malas miradas y la desconfianza mutua. Y es que pronto quedó revelado el motivo de la negativa de los caballeros a romper la formación para pasar en fila: Su aspecto, heridos y con las armaduras y armas hechas picadillo, evidenciaba haber venido de una batalla reciente, y por sus comentarios, el tipo de traje pomposo que escoltaban era ni más ni menos que el Gran Teogonista, por lo que no cabía duda de que romper la formación era exponer al peligro a su Señor, Señor que por otro lado, al pasar junto al carro de nuestro grupo, sonrió al ver a Arty, preguntando a uno de los caballeros si no le recordaba a alguien. Este asintió con otra sonrisa, que no tranquilizó al grupo, y continuaron su camino apretando el culo, por que si antes ya iban con la mosca detrás de la oreja sobre lo que podía estar sucediendo en Middenheim, ahora veían la ciudad como un polvorín a punto de reventar, lleno de fanáticos religiosos enfrentados, sectas adoradoras del caos preparando sus chanchullos demoníacos, y facciones políticas con ganas de gresca, por que a saber de dónde venían los caballeros y el Gran Teogonista, para traer esas pintas de haber recibido una paliza skin. Y nuestros protagonistas en medio, como los Jueves.
Tras el encuentro, y unos kilómetros más adelante, la caravana alcanzó al fín, un bonito y soleado 20 de Sommerzeit, la luminosa Middenheim, ciudad de oportunidades que los esperaba con los brazos abiertos, y las entradas atascadas de tráfico de carros y diligencias.
Ya lo decía Sinatra: I am leaving today! I want to be a part of it! Middenheim, Middenheim! |
Y es que Mariloli sigue ojiplática por el nombre del grupo, no es para menos.
ResponderEliminarY eso que sólo has puesto parte, y es que para más inri es: HANSEL GRETELSTEIN y el grupo de LA PALA AULLADORA xDD
Efectivamente: Hansel Gretelstein y la compañía de la Pala aulladora.
ResponderEliminarCon ese nombre ya vamos preparados y predispuestos para perroflautear, "himbestigar", empezar altercados y recibir hostias. A partes iguales.
Estoy seguro de que según pasen los días en Middenheim irán desapareciendo miembros del grupo, secuestrados por sectarios, asesinados por fanáticos, encarcelados por alguna orden eclesiástica o judicial, etc, etc, etc...
Vamos, que pinta cojonudamente para ir a la partida con las uñas largas y volver con ellas cortitas y limadas de tanto mordisquearlas xDDDDD
===
ResponderEliminarVamos, que pinta cojonudamente para ir a la partida con las uñas largas y volver con ellas cortitas y limadas de tanto mordisquearlas xDDDDD
===
Mi problema es que ya me las muerdo de siempre... xDDD
Ufff Sigmar bendito la que nos espera en esa ciudad. Y más nos vale investigar y averiguar las cositas bien porque vamos a vivir allí durante unos cuantos meses si queremos impedir que Middenheim explote en el día de Hexenstag (Año Nuevo).
ResponderEliminarPor mi parte espero que mi arte robando pueda servirme para hacer truquitos de cartas en el futuro circo que vamos a montarnos para poder pagar a los gitanos y ganarnos unos dineros. Todo eso aparte de disfrutar de la festag y tratar de encontrar al hereje hermano de Lady Margritte Von Wittgenstein que anda de orgías por la ciudad con otros altos cargos.