La Puerta del Caos.
Última mazmorra de la campañita que nos pegamos con el juego, y sin
duda alguna la más jodida de todas. Pero en algo se tenía que notar que los
héroes se metieran en las entrañas de una montaña conocida como “El
Monte de La Agonía”, a cerrar un señor portal del Caos protegido por
lo más pro de entre los paladines de los Dioses Oscuros, vamos
digo yo.
La mazmorra no parecía darles muchos problemas en el comienzo,
gracias a la evidente capacidad de combate con la que venían los héroes de
anteriores partidas, pero éstos se confiaron. Para que os hagáis una idea: en
el juego se adopta la fórmula de que quien sobrevive a tres retos, se convierte
en Campeón, y nosotros lo regulamos haciendo que el susodicho gane lo
equivalente a un Punto de Destino, que procedemos a llamar “Un Primi”
(O “Un Mario” para los más “Gamers”). Una vida más, vamos, un “Continue”
de los de toda la vida. Vale, pues el maligno Señor Director, logró
cobrarse los Primis con los que llegaron a la mazmorra todos los PJ-s y
la vida de uno de ellos, además de casi llevarse por delante a alguno más, el
muy bestia.
En esta mazmorra, los héroes se las vieron con algunas de las
miniaturas mas tochas del armamento del Señor Director, siendo el Charcutero
del Caos, y la Paladina del Caos, las más destacables, y que dieron
muchos más problemas que el sinsorgo de Ogdruk.
Los héroes se abrieron paso a través de infernales enemigos, a cada cual mas tocho que el anterior, sudando
sangre, hasta alcanzar la cámara en la
que el portal vomitaba energías caóticas al mundo, no sin antes echar abajo la
puerta de entrada a base de hostias bien dadas, debido a su clara manufactura
bilbaína, que la dotaba de una robustez tal, que los héroes debían atacarla y
superar sus propias tiradas de defensa, toma ya. En la cámara tras la puerta
bilbaína se libró una épica batalla contra tres furiosos guardianes que la
custodiaban, y cuando machacados del todo, nuestros protagonistas lograron
alzarse con la victoria, se las vieron con otra sorpresa desagradable. El único
que podía cerrar la puerta del caos era quien llevaba la llave, y para ello
debía atacarla y finiquitar sus puntos de Cuerpo igual que a la puerta
de entrada. Con la excepción de que esta puerta no solo se defendía, sino que
también devolvía los paellazos. ¡Y qué paellazos! Porque por fin, el Mago iba
a hacer gala de una inútil virtud suya: Los Puntos de Mente.
Efectivamente, el portal del Caos, hacía daño Mental.
Confiándose en que el Mago podría con aquello, y viendo que
no tenían nada mejor que hacer, sus compañeros se largaron a saquear lo
que quedaba de mazmorra, los muy vándalos, pero ¡Ay! La cosa se torció, el Mago
llevaba las de ganar, parecía que podría cerrar el portal, pero los dados
se la jugaron en el último momento, y este sucumbió en la mágica batalla de
voluntades. El portal se cobró su víctima, y las energías del caos
transformaron al Mago, mutándolo, y convirtiéndolo en una aberración del
Caos, y en una nueva amenaza para el grupo.
Tras el choteo de rigor, y el regocijo del jugador que llevaba al Mago
al ver en lo que se acababa de convertir (atentos a las fotos), la partida continuó, con la
esperpéntica amorfidad surgida del caos cósmico en busca de la sangre de sus
antiguos compañeros, pasando el jugador que controlaba al Mago al bando
del Señor Director, y controlando ahora al bizarro Caos Reptante que se
retorcía por la mazmorra.
Finalmente, los héroes restantes lograron acabar con la amenaza
surgida del mutado cuerpo del Mago, que también se cobraba la cordura de
los héroes con su sola presencia (como debía de ser) en forma de daño Mental,
y terminar de cerrar el portal, con lo que lograron así acabar con la amenaza
sobre el Viejo Mundo, y devolver la paz.
Al menos hasta que al director se le ocurran más delirios con los que
torturar a más PJ-s.
En esta ocasión los héroes no empezaron diréctamente en la mazmorra, si no que tuvieron que subir la montaña en la que esta se encontraba, sorteando gigantescos murciélagos, y ríos de lava.
Llegar arriba fué pan comido, aunque algunos acabaron más chamuscados que otros al cruzar el puente sobre el río de magma. Especiálmente el Mago, quien ni pudo evitar marcarse un baile sobre las tablas tras una tirada alta de movimiento. Y por listo, y pasar cuatro veces por el mismo sitio, se comió cuatro llamaradas más que los demás, pero ahí lo tenéis Staying Alive.
Todos a una, tomaron por asalto la guarida del enemigo, y comenzaron con la jornada laboral de su profesión de héroes. ¿Lo de antes? Lo de antes sólo había sido el equivalente al café de la máquina antes de entrar al curro.
Primeras sorpresas en forma de Guerreros del Caos pasando el rato en la cámara de tortura. Los héroes se encargaron de quitarles el vicio a base de acero Toledano.
Los ansiosos héroes continuaron buscando carne para triturar tras el encuentro con los Guerreros del Caos.
Y pronto lo encontrarían tras la siguiente puerta cuando se dieron de bruces con...
¡UN CHARCUTERO DEL CAOS!
Chuache- ¡Joder!, Pues igual le pido unos muslitos pa´la cena, ya que estamos.
Enano- Déjate de muslitos y atízale con saña, que pa´eso nos pagan.
No se lo tuvieron que decir dos veces, y el Chuache fué a tiro fijo a por el pobre charcutero, que vivía ahí tan feliz, cortando solomillo.
El Charcutero del Caos se mostró como un adversario digno, y los héroes tuvieron que darle con todo lo que tenían, pero al final este también cayó bajo el acero justiciero.
Hoy tengo un mal presentimiento. Algo malo vá a pasar. Pensaba el Guerrero del Caos de la foto momentos antes de su descuartizamiento.
Y tras machacar al anterior, otros tantos aparecieron. Esta vez sin embargo se trataba de los que pagaban el salario, y los héroes se encontraron con un Lord Brujo, y dos Paladines del Caos.
La cosa se empezaba a calentar, y nuestros protagonistas comenzaban a sufrir el desgaste.
La batalla fué épica, y los héroes tuvieron que emplearse más a fondo que con el Charcutero.
Con los dos paladines repartiendo estopa, y el brujo apoyando por detrás con su vil hechicería, el combate se convirtió en una dura prueba que consumió recursos, y creo que algún Primi, si no cayó antes.
Sin embargo, los héroes lograron con mucho esfuerzo inclinar la balanza a su favor, y acorralaron a sus enemigos sin compasión.
Sin espacio para moverse, los enemigos optaron por proteger al brujo para que este tuviera tiempo de desencadenar todo su potencial.
La paladín del Caos fué la última en caer, pero al fín, los héroes se alzaron con la victoria. No sin haber sufrido pérdidas en recursos, y puntos de Cuerpo.
Tras recuperar el resuello, nuestros protagonistas probaron a abrir la siguiente puerta y...
¡ENCONTRARON EL EVILOIDE PORTAL QUE DEBÍAN CERRAR!
Y obviamente esta no estaba desprotegida. Varios miembros destacados del Gold Gym la custodiaban con cara de pocas ganas de dialogar.
Los héroes resoplaron resignados, y se pusieron manos a la obra, repartiendo galletas a diestro y siniestro. Por desgracia, esto ya eran palabras mayores, y las recibieron por igual, viendo peligrar el éxito de la misión.
A duras penas lograron vencer, descubriendo que cerrar el portal tampoco iba a ser tarea sencilla.
Con la llave que debía cerrarlo en su poder, el Mago procedió a tener su enfrentamiento místico con el artefacto, y claro, los otros que no entendían una mierda digeron "¡Vamos a seguir saqueando!" y a ello que se pusieron dejando al Mago en su salsa.
Como no se podían estar quietos, se encontraron más sorpresas desagradables, y volvieron a hacer el pardillo con las trampas de abismo.
Pero el sorpresón de la partida sucedió cuando el Mago fué derrotado por las energías del portal, y estas lo mutaron transformándolo en una impía criatura del Caos.
Como se ha mencionado más arriba, tras el choteo de rigor, el jugador que llevaba al Mago se pasó encantado al bando del Señor Director, y procedió a buscar a sus ex-compañeros en su nueva forma, para merendarse sus almas.
Ver esto reptando por los pasillos de un dungeon típicamente D&D, fué de lo más hilarante.
"¡CUCU!" Le dijo la Sepia al Chuache. Y con el susto que este se pegó, tuvo que hacer tiradas de cordura, faltaría más. Algún puntito de Mente menos y ala, al lío con las hostias.
Todo hay que decirlo, el Chuache se libró de una buena. A sartenazos tenía las de ganar a pesar de sus heridas, pero no es un hombre de Mente brillante que digamos, y sin la suerte que tuvo con los dados en lo de la cordura... bueno, digamos que se habría convertido en Sectario :b
Y mientras, estos como Legolas y Gimli: A lo suyo. Solo que estos se dedicaban a la buena cata, como se aprecia en los barriles abiertos de la foto.
La cosa terminó bien para los héroes. El Chipirón del Caos fué derrotado, y el portal cerrado. Se lloró la pérdida del bueno del Mago (otra vez), y a otra cosa Butterfly.
Esta última partida fue bastante hardcore para los héroes comparada con la anterior, y con ambas se pudieron sacar algunas buenas conclusiones para el futuro, además de buenas ideas a implementar, como trampas de muros que se mueven, reglas para empujones con los que aprovechar los abismos, e incluso posibilidades de mazmorras con distintos niveles apovechando el tablero del HeroQuest.
Pero como diría Mako: Esa es otra historia.
En esta ocasión los héroes no empezaron diréctamente en la mazmorra, si no que tuvieron que subir la montaña en la que esta se encontraba, sorteando gigantescos murciélagos, y ríos de lava.
Llegar arriba fué pan comido, aunque algunos acabaron más chamuscados que otros al cruzar el puente sobre el río de magma. Especiálmente el Mago, quien ni pudo evitar marcarse un baile sobre las tablas tras una tirada alta de movimiento. Y por listo, y pasar cuatro veces por el mismo sitio, se comió cuatro llamaradas más que los demás, pero ahí lo tenéis Staying Alive.
Todos a una, tomaron por asalto la guarida del enemigo, y comenzaron con la jornada laboral de su profesión de héroes. ¿Lo de antes? Lo de antes sólo había sido el equivalente al café de la máquina antes de entrar al curro.
Primeras sorpresas en forma de Guerreros del Caos pasando el rato en la cámara de tortura. Los héroes se encargaron de quitarles el vicio a base de acero Toledano.
Los ansiosos héroes continuaron buscando carne para triturar tras el encuentro con los Guerreros del Caos.
Y pronto lo encontrarían tras la siguiente puerta cuando se dieron de bruces con...
¡UN CHARCUTERO DEL CAOS!
Chuache- ¡Joder!, Pues igual le pido unos muslitos pa´la cena, ya que estamos.
Enano- Déjate de muslitos y atízale con saña, que pa´eso nos pagan.
No se lo tuvieron que decir dos veces, y el Chuache fué a tiro fijo a por el pobre charcutero, que vivía ahí tan feliz, cortando solomillo.
El Charcutero del Caos se mostró como un adversario digno, y los héroes tuvieron que darle con todo lo que tenían, pero al final este también cayó bajo el acero justiciero.
Hoy tengo un mal presentimiento. Algo malo vá a pasar. Pensaba el Guerrero del Caos de la foto momentos antes de su descuartizamiento.
Y tras machacar al anterior, otros tantos aparecieron. Esta vez sin embargo se trataba de los que pagaban el salario, y los héroes se encontraron con un Lord Brujo, y dos Paladines del Caos.
La cosa se empezaba a calentar, y nuestros protagonistas comenzaban a sufrir el desgaste.
La batalla fué épica, y los héroes tuvieron que emplearse más a fondo que con el Charcutero.
Con los dos paladines repartiendo estopa, y el brujo apoyando por detrás con su vil hechicería, el combate se convirtió en una dura prueba que consumió recursos, y creo que algún Primi, si no cayó antes.
Sin embargo, los héroes lograron con mucho esfuerzo inclinar la balanza a su favor, y acorralaron a sus enemigos sin compasión.
Sin espacio para moverse, los enemigos optaron por proteger al brujo para que este tuviera tiempo de desencadenar todo su potencial.
La paladín del Caos fué la última en caer, pero al fín, los héroes se alzaron con la victoria. No sin haber sufrido pérdidas en recursos, y puntos de Cuerpo.
Tras recuperar el resuello, nuestros protagonistas probaron a abrir la siguiente puerta y...
¡ENCONTRARON EL EVILOIDE PORTAL QUE DEBÍAN CERRAR!
Y obviamente esta no estaba desprotegida. Varios miembros destacados del Gold Gym la custodiaban con cara de pocas ganas de dialogar.
Los héroes resoplaron resignados, y se pusieron manos a la obra, repartiendo galletas a diestro y siniestro. Por desgracia, esto ya eran palabras mayores, y las recibieron por igual, viendo peligrar el éxito de la misión.
A duras penas lograron vencer, descubriendo que cerrar el portal tampoco iba a ser tarea sencilla.
Con la llave que debía cerrarlo en su poder, el Mago procedió a tener su enfrentamiento místico con el artefacto, y claro, los otros que no entendían una mierda digeron "¡Vamos a seguir saqueando!" y a ello que se pusieron dejando al Mago en su salsa.
Como no se podían estar quietos, se encontraron más sorpresas desagradables, y volvieron a hacer el pardillo con las trampas de abismo.
Pero el sorpresón de la partida sucedió cuando el Mago fué derrotado por las energías del portal, y estas lo mutaron transformándolo en una impía criatura del Caos.
Como se ha mencionado más arriba, tras el choteo de rigor, el jugador que llevaba al Mago se pasó encantado al bando del Señor Director, y procedió a buscar a sus ex-compañeros en su nueva forma, para merendarse sus almas.
Ver esto reptando por los pasillos de un dungeon típicamente D&D, fué de lo más hilarante.
"¡CUCU!" Le dijo la Sepia al Chuache. Y con el susto que este se pegó, tuvo que hacer tiradas de cordura, faltaría más. Algún puntito de Mente menos y ala, al lío con las hostias.
Todo hay que decirlo, el Chuache se libró de una buena. A sartenazos tenía las de ganar a pesar de sus heridas, pero no es un hombre de Mente brillante que digamos, y sin la suerte que tuvo con los dados en lo de la cordura... bueno, digamos que se habría convertido en Sectario :b
Y mientras, estos como Legolas y Gimli: A lo suyo. Solo que estos se dedicaban a la buena cata, como se aprecia en los barriles abiertos de la foto.
La cosa terminó bien para los héroes. El Chipirón del Caos fué derrotado, y el portal cerrado. Se lloró la pérdida del bueno del Mago (otra vez), y a otra cosa Butterfly.
Esta última partida fue bastante hardcore para los héroes comparada con la anterior, y con ambas se pudieron sacar algunas buenas conclusiones para el futuro, además de buenas ideas a implementar, como trampas de muros que se mueven, reglas para empujones con los que aprovechar los abismos, e incluso posibilidades de mazmorras con distintos niveles apovechando el tablero del HeroQuest.
Pero como diría Mako: Esa es otra historia.