Ya hace unos cuantos años que llevo dándole a Bárbaros de Lemuria. Es un juego que me tiene enamorado por su temática de espada y brujería, pero sobre todo, por su reglamento sencillo, rápido y tremendamente flexible, ideal para gente con poco tiempo para preparar partidas, o ganas de pelearse con tochazos de reglas de 500 páginas.
Comencé a
dirigirlo con mis propias traducciones chapuceras, seguí con traducciones que
ciertas almas caritativas más duchas que yo con el inglés tuvieron a bien de
colgar por las redes, y actualmente continúo con mis barbaridades gracias a la
tercera edición publicada en nuestro idioma por Ediciones Epicismo. Es un juego
que me proporciona a mí y a mis jugadores una experiencia diferente a lo que
jugamos habitualmente, dándonos la opción de divertirnos con héroes que pueden
con todo en lugar de los andrajosos incompetentes a los que estamos habituados
a ver en nuestras partidas. Y han sido unos cuantos años de crear material
propio como el que os traigo en esta entrada. Pero antes de ir al meollo, un
poco de contexto.
Mis primeras andanzas con Bárbaros de Lemuria coincidieron con mis primeras asistencias a jornadas de rol. Y fue entonces cuando tras una muy particularmente jolgoriosa partida, salió la idea por parte de los jugadores participantes en el “rol forum” posterior. Todo el mundo había quedado muy satisfecho con la sesión y el juego, y comenzaron a lanzarse ideas loquísimas de adaptaciones de sus reglas, y ahí fue cuando alguien dijo que aquello le sentaba como condón a falo al mundo de las series de Hércules y Xena. La entusiasmada respuesta del resto de la mesa ante la idea me dejó bastante descolocado, pero viendo el interés generado decidí atender las demandas del público.
Mis primeras andanzas con Bárbaros de Lemuria coincidieron con mis primeras asistencias a jornadas de rol. Y fue entonces cuando tras una muy particularmente jolgoriosa partida, salió la idea por parte de los jugadores participantes en el “rol forum” posterior. Todo el mundo había quedado muy satisfecho con la sesión y el juego, y comenzaron a lanzarse ideas loquísimas de adaptaciones de sus reglas, y ahí fue cuando alguien dijo que aquello le sentaba como condón a falo al mundo de las series de Hércules y Xena. La entusiasmada respuesta del resto de la mesa ante la idea me dejó bastante descolocado, pero viendo el interés generado decidí atender las demandas del público.
Venga señor Master, que nosotros ya estamos listos para repartir leña. |
Lo confieso,
soy un converso reciente. Nunca presté mucha atención a las series que he
comentado, corría la segunda mitad de los años 90 y con las hormonas alteradas debido a la adolescencia, en aquel entonces yo estaba
a otras cosas. Además, aquellas series me parecían muy cutres, bueno, el nivel
general de las series de la época ya era lo suficientemente mediocre como para
que pasara tres pueblos de prestarles la mínima atención, pero en el caso que
nos ocupa la cosa me producía cierta ictericia.
A estas alturas de la película poco puedo decir sobre Hércules y Xena que no se sepa ya, fueron toda una revolución en la historia de la televisión de entonces, generando una buena cantidad de merchandising, incluyendo un juego de rol oficial, y una legión de seguidores que todavía perdura, además de crear a todo un icono feminista que hizo escuela con el personaje de Xena, interpretado por Lucy Lawless. La cuestión es que por mucho que uno pasara de lo que se movía alrededor de dichas series, era imposible no saber de ellas y algo conocía del tema, pero no lo suficiente como para poder ofrecer una partida ambientada en dicho universo con ciertas garantías, de modo que me puse a la tarea de documentación pertinente.
A estas alturas de la película poco puedo decir sobre Hércules y Xena que no se sepa ya, fueron toda una revolución en la historia de la televisión de entonces, generando una buena cantidad de merchandising, incluyendo un juego de rol oficial, y una legión de seguidores que todavía perdura, además de crear a todo un icono feminista que hizo escuela con el personaje de Xena, interpretado por Lucy Lawless. La cuestión es que por mucho que uno pasara de lo que se movía alrededor de dichas series, era imposible no saber de ellas y algo conocía del tema, pero no lo suficiente como para poder ofrecer una partida ambientada en dicho universo con ciertas garantías, de modo que me puse a la tarea de documentación pertinente.
No me
entendáis mal, las series me siguen pareciendo igual de cutres, si no más, pero
con el paso de los años uno ha desarrollado un exquisito gusto por el cine
cutre que le ha ayudado sobremanera a valorarlas en su justa medida y entender
el por qué de su éxito. De modo que reconozco, más de 20 años después de su
primera emisión, que soy fan. Y es que tras empezar a verlas, estas series me
tienen completamente maravillado. En la laboriosa labor de documentación que
llevó la creación de un par de partidas descubrí cosas fascinantes sobre la
Grecia clásica. A saber:
La flora de
Grecia era eminentemente tropical. El pasmo me dejó con el culo torcido desde
el minuto uno en cuanto empecé a ver desfilar por la pantalla cocoteros y
helechos, tras los cuales parecía que en cualquier momento asomaría una tribu
de jíbaros con ansias de reducción de cabezas.
La fauna no
se quedaba atrás a la hora de romper esquemas. Los animales comunes eran
idénticos a los de hoy en día, pero también poblaban sus tierras animales
fantásticos de todo pelo basados en el Paint en lugar de en el carbono. Su
estructura molecular era tal, que parecían salidos de un videojuego de la
primera PlayStation.
El jefe final de la primera temporada de Hércules. Si se lo carga con la vida a tope desbloquea un chaleco nuevo. |
Si hablamos
de la geología del lugar, es que ya es para fliparlo. Todos los minerales de
Grecia estaban formados de poliestireno expandido, vamos, el corcho blanco de
toda la puta vida. Las estructuras minerales eran tan ligeras, que cada vez que
Hércules partía una piedra con sus poderosos puños, podía verse el corchopán
interior. No entiendo cómo es que en la serie a los demás les cuesta tanto
levantar las mismas rocas que levanta Hércules.
Evidentemente
con unos minerales tan peculiares, la manufactura de las aleaciones para hacer
armas sólo podía dar unos resultados de lo más hilarantes, y en la serie es
frecuente ver batallas con gente armada con espadas de cartón mal pintado.
Además la moda entre los griegos era cuanto menos
curiosa. La mala gente siempre iba de negro, así, para reconocerles mejor. Si
eras griego y te encontrabas con alguien vestido de negro, podías arrearle sin
remordimiento alguno que seguro que no tramaba nada bueno. Si además de ir de
negro portaba un yelmo estrafalario con nulas capacidades protectoras, ya no cabía
ninguna duda sobre sus aviesas intenciones.
La verdad, llevando eso en la cabeza yo también estaría de mala leche todo el día. |
La sociedad
vivía en poblaciones bastante rudimentarias. Hasta la ciudad más importante de
Grecia era un poblado de no más de cinco chabolas de paja mal hechas. Sigo
viendo las series, pero todavía no he visto ni rastro del Partenón, por poner
un ejemplo, y mira que los protagonistas ya han recorrido mundo.
Viendo todo
esto, me llegan a decir que la serie la produjo Cannon Films y me lo creo. Pero
no, resulta que detrás de todo este desmadre estuvo Renaissance Pictures, que
era la productora de Rob Tapert y Sam Raimi. En su época yo ya andaba
flipándolo con Evil Dead y Army of Darkness, pero no tenía ni idea de que Sam
Raimi estaba detrás de Hércules y Xena, y es seguro que de haberlo sabido
habría mirado con otros ojos ambas series. Joder, si hasta Bruce Campbell se
pasó por allí a hacer de… pues de Bruce Campbell, que es lo que le ha pedido
siempre la gente.
Que no Bruce, que lo de "Klatu, Verata" es del otro guión. |
El caso es que
una vez tuve suficientes datos con los que montar un par de partidas siendo
fiel al mundo representado en las series, solo quedaba pensar en las tramas a
jugar, cosa que no resultó nada complicado. Cada capítulo de las series son una
partida de rol en potencia, ¡y qué partidas! De esas cuya profundidad
argumental está al nivel de las piscinas de los críos, pero que cuando vuelves
a casa lo haces pensando “Hostias, ¡qué bien me lo he pasado hoy!”. Así son
Hércules y Xena, simples, pero directas. Dos chutes de diversión sin más pretensiones
que la de entretenerte de manera sencilla. Y fue con esa premisa con la que
elaboré un par de partidas que cosecharon un espectacular éxito usando el
reglamento de Bárbaros de Lemuria. De hecho, gustaron tanto que la gente ha
seguido pidiéndome más y que le den a Lemuria. No negaré que me gustaría
repetir la experiencia, pero de momento ando liado con otras cosas, sin embargo,
ya hace tiempo que Bárbaros de Lemuria está en las estanterías de mucha gente
gracias a Ediciones Epicismo, y he pensado que quizás pueda haber alguien por
ahí que quiera darle uso a las hojas de personaje que hice para aquellas
partidas. Porque sí, gran parte de la culpa del éxito la tuvo el hecho de que
los jugadores no interpretaron a simples secundarios o figurantes, si no que
llevaron a los mismísimos protagonistas de las series. De modo que puedo decir
que durante unas cuantas horas unos pocos entusiastas jugadores se pusieron en
la piel de Hércules, Xena, Iolaus y Gabrielle, para desfacer entuertos por la
Grecia de corcho blanco.
Así pues, si
alguien más quiere saborear la experiencia, aquí abajo dejo las hojas para usar
con el reglamento de Bárbaros de Lemuria, solo hay que hacer click en cada imagen para verlas en toda su homérica grandiosidad. Que lo disfruten.
Gabrielle |
Hércules |
Iolaus |
Xena |
*Ningún rolero con ínfulas de bloguero sufrió daños durante la redacción de esta entrada.